El mercado estival de fichajes cerró hace una semana y dejando aparte los grandes fichajes a última hora que se han dado, sobre todo en la Premier, hay ciertos aspectos interesantes de los que es conveniente hacerse eco. Uno de ellos es cómo se han reforzado los tres grandes del país vecino: Oporto, Benfica y Sporting de Portugal.
A modo de resumen, tenemos un Oporto renovado y con fuerza, un Benfica con calidad pero no tan fuerte como el año pasado y un Sporting más joven en busca de la confirmación. Y un aspecto común en estos tres equipos: pocos futbolistas portugueses contratados. De hecho de los 36 jugadores contratados sólo siete son lusos. Uno para los ‘dragões’ y tres para los clubes capitalinos. Y ya si se centra la óptica en la plantilla general vemos que cada equipo tiene un número reducido de futbolistas patrios: cinco en el cuadro portista, ocho en la disciplina benfiquista y diez en el conjunto leonino.
En el Oporto la renovación ha sido total, señal clara de que lo hecho la temporada pasada no estaba al nivel de los últimos años según la directiva que comanda Pinto da Costa. Olvidada la etapa de Paulo Fonseca, este Oporto quiere inmediatamente volver a la senda de éxitos algo que plasma con las numerosas contrataciones que han realizado para este curso.
Lopetegui fue el hombre escogido para liderar esta revolución y todas sus apuestas en materia de fichajes fueron aceptadas sin reparos por los responsables del club. De las quince contrataciones efectuadas, siete son españolas, por lo que en la escuadra de Do Dragão hay más futbolistas españoles que lusos, un caso sin referentes actualmente. Como contrapeso a tanta importación foránea, ha surgido, en este Oporto, una nueva perla para el fútbol portugués, Rúben Neves. A sus diecisiete años Lopetegui lo ha colocado como titular en los primeros cuatro partidos de la temporada, en los que cuajó excelentes actuaciones y puso su nombre en la libreta de ‘Jugadores a seguir’ de muchos ojeadores y estudiosos del fútbol.
Por parte del Benfica salieron varios jugadores, entre los que se encontraban cuatro jugadores lusos, y para suplir las carencias ocasionadas por la marcha de estos fútbolistas, Luis Felipe Vieira ha reunido a doce futbolistas, de los que sólo tres son portugueses. En definitiva, menos producto nacional para Jorge Jesús, en un equipo donde las últimas campañas tenía como grueso del once titular a futbolistas sudamericanos, y hoy día sus hombres fuertes siguen siendo de ese continente, como Enzo Pérez, Luisão o Maxi Pereira.
Y de Da Luz a Alvalade donde el Sporting también estuvo activo en el mercado, y donde también un jugador español recala en la liga portuguesa. Oriol Rosell, tras su positiva experiencia en la MLS, se une a Diego Capel como representantes españoles en el conjunto leonino.
Si bien el Sporting es el equipo que más lucimiento saca a su cantera con exponentes como Simão, Quaresma, Cristiano o João Moutinho. Este año, en el que se inicia una nueva etapa con Marco Silva, apenas ha apostado por la cantera (sólo ha subido al primer equipo João Mario) y ha centrado sus esfuerzos en reforzarse en el mercado con poca presencia portuguesa. De los doce fichajes realizados, sólo dos son lusos, aunque uno de sea la vuelta del hijo pródigo Nani.
Pese a su poca apuesta en el mercado por futbolistas patrios, el Sporting de Lisboa es el conjunto de los tres grandes del país vecino que más portugueses tiene en su plantilla. Además, presumiblemente, en el cuadro leonino tendrán más importancia los jugadores lusos que en el Oporto y Benfica. De hecho si hay que destacar nombres del equipo blanquiverde salen futbolistas nacionales como Rui Patricio, William Carvalho o el propio Nani.
En definitiva los grandes de Portugal cada vez apuestan menos por el producto nacional justo cuando la selección de las quinas ha comenzado de la peor manera posible la clasificación para la Eurocopa de Francia 2016, con una derrota en casa ante Albania que la prensa lusa califica como la mayor vergüenza sufrida por el fútbol portugués. Lo que deja una lectura, si los motores del fútbol luso (Oporto, Benfica y Sporting) no apuestan por el producto nacional, la selección nacional de Portugal está condenada al deslucimiento.