Utilizando el título de la película de Daniel Sánchez Arévalo, podemos afirmar que la selección española es como una gran familia, donde todos los jugadores se unen para perseguir un objetivo sin importar de que equipo sea cada uno y cualquier rencilla que haya habido anteriormente entre sus clubes como bien ejemplificaron Xavi y Casillas, grandes amigos a pesar de que sus clubes sean rivales irreconciliables. Pero a veces ese sentimiento de familia se lleva a otro nivel cuando sagas familiares dejan su sello en el combinado nacional, ya sea con el hermano pequeño que emula al hermano mayor o al hijo que sigue los pasos de su padre.
De tal palo, tal astilla
Son varios casos en la selección que un futbolista llegue a vestir la camiseta roja de la selección y que luego su retoño sea el culpable de que su apellido vuelva a lucir en el combinado de la rojigualda. El caso más evidente sea el de los Sanchis, pues ambos responden al mismo nombre de pila, Manuel (aunque ambos son conocidos por ‘Manolo’) y porque ambos fueron referentes en el Real Madrid, el primero en el Madrid ‘Ye-ye’ y su vástago en la Quinta del Buitre además de poner su granito de arena en la séptima y octava Copa de Europa.
Pero quizá los casos más conocidos, por ser los más recientes, sean los de la saga Reina y la saga Alonso. Por un lado dos generaciones de guardametas con Miguel Reina que con sus paradas llevó al Atlético a su primera final de la Copa de Europa y su hijo Pepe, santo y seña del Liverpool que apura sus últimos días en el Bayern de Múnich. Por otro dos grandes figuras de la Real Sociedad que si bien el progenitor, Perico Alonso, dio lo mejor de sí en Donosti, antes de firmar por el Barcelona, su hijo Xabi emigró rápidamente de Anoeta al empezar a destacar y se convirtió en abanderado del Liverpool y Real Madrid, y que ahora como Pepe Reina, concluye su carrera en tierras bávaras.
A los aficionados béticos seguramente no se les olvidará a la familia Ríos, pues Eusebio Ríos tras destacar en Segunda con el Indautxu bilbaíno se convirtió en un referente del Betis de los años sesenta, lo que le valió la llamada de la selección. Allí en tierras sevillanas se criaría su hijo Roberto que llegaría a ser una de las piezas claves de aquel Betis subcampeón de Copa de 1997 junto a Finidi, Jarni y Alfonso y que le repercutiría en ser un fijo en España para Clemente durante la clasificación para el mundial de Francia 98. Posteriormente Roberto haría el viaje de retorno a tierras vascas para acabar su carrera en el Athletic.
Y para completar los casos de legado generacional nos encontramos con otros Alonso pero que en vez de tener su germen en Guipúzcoa lo tienen en tierras cántabras. Se trata de Marcos Alonso padre y Marcos Alonso hijo, una saga que puede ser ampliado con Marcos Alonso tercero, nieto e hijo de los anteriores que actualmente tiene un papel destacado en la Fiorentina. El patriarca no es otro que el mítico ‘Marquitos’ figura del Real Madrid de las cinco Copas de Europa seguidas, mientras que Marcos Alonso ‘junior’ pese a ser más conocido por su etapa como entrenador de Racing, Sevilla o Atlético de Madrid, defendió con cierto éxitos los colores de Atlético y ‘Barça’, algo que le abrió las puertas de la selección española.
Legados fraternales
Si hay un equipo que sabe de parejas de hermanos que posteriormente llegan a vestir la selección española ese es el Athletic de Bilbao, pues de su cantera ha salido hasta cuatro tándems de hermanos que hubieran sido aún más si José Félix Guerrero, hermano de Julen, hubiera pasado más allá de la sub 23.
De esta manera, en el viejo San Mames se han visto como Arieta I y Arieta II, Chirri I y luego Chirri II, Txetxu Rojo y su pariente José Ángel, así como los hermanos Salinas, pasaron de vestir ambos la elástica rojiblanca del Athletic a la camiseta roja de la selección española. Aunque si bien la última pareja citada desarrolló gran parte de su carrera fuera de Bilbao, pues Julio pasó por Atlético, Barcelona, Sporting e incluso la liga japonesa mientras que Patxi acabó su carrera en el Celta.
De Bilbao a San Sebastián para ver a la siguiente pareja de hermanos que defendieron los colores de España, aunque esta vez con gran lapso de tiempo debido a su diferencia de edad (trece años). Se trata de los hermanos López Rekarte, donde el mayor, Luis María, fue internacional en cuatro ocasiones en 1988, mientras que su hermano pequeño Aitor lo fue en una ocasión en el 2004.
Los tres equipos que lideraron la clasificación liguera el curso pasado no iban a ser menos y también tuvieron sus dúos fraternales. Así el Atlético de Madrid tuvo en los años veinte a los hermanos Olaso, Luis y Alfonso, delantero y defensa respectivamente.
Mientras que el Barcelona, por su parte, tuvo la friolera de tres hermanos defendiendo los colores azulgranas prácticamente de manera seguida, se trata de la saga de los Gonzalvo. De los tres hermanos, sólo Gonzalvo II y Gonzalvo III, es decir el mediano y el pequeño, lograron ser internacionales.
Con respecto al Real Madrid tuvo a los hermanos más famosos del fútbol español de los años 30. Luis y Pedro Regueiro, eran los dos pilares en los que se sustentaban aquel Real Unión de Irún que logró levantar varias Copas del Rey y que años más tarde llevarían al Real Madrid a conseguir sus dos primeras ligas. Tras estallar la Guerra Civil ambos emigraron a México donde terminarían su carrera deportiva.
Y no menos importantes son los hermanos ceutíes Lesmes. Francisco, alias Lesmes I, y Rafael, conocido como Lesmes II, fueron piezas clave para que el Valladolid estuviera toda la década de los 50, en Primera, especialmente Francisco, pues Rafael al poco de destacar ingresó en el Real Madrid donde lograría cinco Copas de Europa.
Tíos, sobrinos y otras rarezas
El legado familiar también ha pasado de tíos a sobrinos en la selección española concretamente en tres casos. El primero de ellos tiene sello sevillista gracias a Campanal I y Campanal II. El asturiano Guillermo González del Río García, más conocido como Campanal I fue uno de los integrantes de la mítica delantera Stuka del Sevilla que ganó la liga de la temporada 45-46 y posteriormente, cuando era entrenador del conjunto hispalense, hizo debutar a su sobrino Marcelino, es decir Campanal II, que como su tío se convertiría en estrella sevillista y también vestiría la elástica de la selección nacional.
Cuasi contemporáneos a los Campanal son los Quincoces. El iniciador de la saga Jacinto, fue uno de los mejores defensores de su época, fijo en la selección y en el Real Madrid de los años 30, que como hiciera Campanal I, en su faceta de entrenador del Valencia (con el que consiguió dos Copas del Rey) hizo debutar a su sobrino Juan Carlos en el equipo che donde rápidamente logró hacerse indiscutible en la parcela defensiva y siguió los pasos de su tío y se convirtió en internacional.
Un poco más reciente es el caso de Gento y Paco Llorente. No hay mucho que decir que no se sepa sobre el gran Paco Gento, considerado por muchos como el mejor extremo de todos los tiempos y hombre récord con sus seis Copas de Europa. Al contrario que la «Galerna del Cantábrico» su sobrino Francisco Llorente Gento, miembro del cuarteto Llorente junto a sus hermanos Julio, José Luis y Antonio (el primero también futbolista y los otros dos, jugadores de baloncesto), es menos conocido, pese a eso protagonizó el primer caso de un deportista que se acoge al Decreto 1006 que permite rescindir un contrato unilateralmente abonando la cantidad establecida al juez a la hora de cambiar el Atlético por el Real Madrid. En la casa blanca, Paco Llorente gozó de su mejor etapa como futbolista lo que le sirvió para lograr su única internacionalidad con España.
Hay relaciones de parentesco que sin embargo no se han dado en la selección española, como puede ser el caso de hermanos gemelos que se dio en Holanda con los De Boer. Tampoco en el combinado español se ha dado el caso de primos hermanos como se ha dado por ejemplo en Mali con Seydou Keita o ‘Momo’ Sissoko, pero en cambio se ha dado un caso de primos segundos con los hispanos-brasileños Rodrigo Moreno y Thiago Alcántara.
Pero la rareza más sonada y que tiene que ver con nuestra selección es el caso de un legado que no se continuó en España sino en México. Se ha mencionado anteriormente que el dúo de hermanos Regueiro terminó su carrera en el país ‘azteca’ pues Luis tuvo continuación futbolística en su hijo homónimo, que nació y creció en tierras mexicanas y, lógicamente, desarrolló su carrera deportiva allí con relativo éxito tanto como para llevarle a vestir los colores de la selección de México y disputar el mundial de Inglaterra 66, donde si el azar hubiera sido otro, podría haberse enfrentado contra España. Un caso similar a este es el de Martí Vantolrà que junto a los Regueiro participó en el mundial de Italia 34 y con ellos emigraría a México durante la guerra civil, donde nacería su retoño, José que disputaría con la selección azteca el mundial que organizaría en 1970.