El Leicester está siendo la revelación de la Premier League, una revelación que todo el mundo pensaba que más pronto que tarde iba a caer, y que sigue empeñado en estar arriba y ser candidato al título inglés. Con la Premier tan avanzada y un Leiceste líder, con una buena ventaja sobre sus perseguidores, el conjunto azulino recuerda, como bien dijo Paul Giblin este sábado, a la Real Sociedad del 2003, un equipo que nadie esperaba que estuviera arriba y que tuvo opciones de vencer la liga hasta la última jornada.
No soy seguidor ni simpatizante del Leicester (de hecho me inclino por ser ‘magpie’ para mi desgracia) ,pero el aguante que está teniendo este equipo, y después del partido del pasado sábado en el que los ‘foxes’ pasaron por encima al Manchester City, el cuadro de Ranieri tiene un admirador más. Ya se sabe, la lógica simpatía al modesto que revoluciona ‘el orden establecido’.
Aquellos 90 minutos en el Etihad Stadium no son fruto de la casualidad, sino de la confirmación de un equipo con grandes dotes de calidad, bien trabajado, y que siempre cree en sus posibilidades (haciendo muchas veces posible lo improbable).
El Leicester no tiene jugadores de renombre, sus futbolistas no salen en los sobres ‘oro premium’ del Ultimate Team del FIFA, su presupuesto es irrisorio comparado con las cantidades que manejan Manchester United, Chelsea y compañía, pero con el trabajo que sus jugadores hacen, su actuación al unísono como un único hombre y la garra que colocan en el campo, este equipo ya es un grande.
Llegar a la vigésimo quinta jornada como líder con cinco puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor merece el reconocimiento de todos. Su devenir en esta Premier habla por sí solo y pone en relieve la gesta de este equipo: Mejor ataque, a la par que el Manchester City con 47 goles, sexta mejor defensa, quince victorias, ocho empates y sólo dos derrotas (ante el Arsenal en casa y en Anfield Road). El comportamiento del equipo ha sido impresionante y funciona de forma simple. Defender bien, con mucha presión, y llegar rápido a la portería contraria son sus principales directrices, haciendo del Leicester un equipo organizado, con un fútbol práctico y directo.
Este éxito, como cualquier otro, tiene nombres más significativos. Y las piezas claves del auge del Leicester son Ranieri, Vardy y Mahrez. Con respecto al técnico italiano, su contratación despertó serias dudas debido a su últimas y nefastas actuaciones especialmente con la selección de Grecia, sin embargo ha cogido a un equipo diseñado para luchar por la permanencia y le ha dado otra dimensión y una identidad de equipo que no renuncia a nada. Es curioso que tenga más cerca ganar su primer título de liga con el equipo ‘más modesto’ que ha entrenado en su dilatada carrera.
Luego están Jamie Vardy y Riyad Mahrez, una dupla que se entiende a las mil maravillas y que suman más goles (32 tantos con 18 de Vardy y 14 de Mahrez), que la mitad de equipos de la Premier League. Por un lado Vardy está viviendo su mejor registro goleador de su carrera pese a sus 29 años y se ha convertido en el principal baluarte de los ‘foxes’. Por otro lado está Mahrez. El argelino es el jugador que atesora más calidad en la plantilla del Leicester y con su velocidad y buena conducción del balón es el que lleva la voz cantante en los ataques de su equipo.
Faltan trece partidos y aún queda mucho tiempo por delante pero sin embargo lo que pase el próximo domingo puede ayudar a definir algunas cosas en tierras inglesas. Los cuatro primeros clasificados se enfrentan entre sí: por un lado el Leicester visita el Emirates para medirse con el Arsenal, por otro el Manchester City recibe al Totenham. Pase lo que pase en la próxima jornada como en la siguiente, una cosa está clara, el Leicester está haciendo historia y tiene amplio margen para adornarla cuanto quiera. Después de 132 años de existencia, el milagro está más cerca.