El Leicester nos sorprendió a todos la temporada pasada al proclamarse campeón de la Premier. La historia del equipo de Claudio Ranieri es una de las más bonitas y difíciles que nunca se hayan dado en el fútbol. Y más si tenemos en cuenta la diferencia económica y de plantilla con muchos de los equipos de la máxima división inglesa. Soñaron con la excelencia y la consiguieron pero el despertar fue muy duro. No han pasado ni nueve meses de la celebración de aquel título y el técnico del milagro ni siquiera sigue en su cargo.
Un inicio de temporada decepcionante fuera de casa en liga, y poco tiempo después también en su propio feudo, llevaron a los zorros a verse muy cerca del descenso. En cambio, en su primera participación en la Champions League los partidos eran diferentes, 15 de 18 puntos en la fase de grupos y un 2-1 en el Pizjuán (el Sevilla mereció más) en la ida de los octavos de final no hacían presagiar lo que ocurriría un día después de ese encuentro. Se anunciaba el cese de Claudio Ranieri, nadie lo entendía, pero los números en el inicio de 2017 eran muy malos. Seis derrotas consecutivas, sin ni tan siquiera anotar un solo gol. Se acababa la historia de amor entre el italiano y la ciudad de Leicester. Y para poner fin a un historia que ni la mejor literatura habría alcanzado a expresar tan bien como la propia realidad, su sustituto se apellida Shakespeare, aunque su nombre es Craig no William. Uno de los ayudantes de Nigel Pearson, predecesor de Ranieri, que continúo con el italiano.
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— Christian Fuchs (@FuchsOfficial) 2 de mayo de 2016
Justo en ese momento se convertían en campeones de la Premier
Pues con él ha cambiado todo. Dos partidos, dos victorias y seis goles a favor. Un ‘revival’ que dirían los imgleses. Han resurgido de sus cenizas. Sus goleadores han recuperado el olfato, el instinto goleador que les llevó al título. El cambio hace indicar que había un desgaste en la relación con Ranieri o que su mensaje no calaba en los jugadores de la misma forma. Porque desde luego los argumentos que han llevado al equipo de Shakespeare a ganar sus dos partidos de Premier son los mismos que mostraron el curso pasado. Un equipo muy ordenado que atacaba muy rápido y con muy pocos toques. Teniendo como gran arma la velocidad de un Jamie Vardy que ha vuelto a ver portería con facilidad. El Leicester se empieza a parecer mucho a sí mismo en el peor momento para el Sevilla. Los cuartos de final de la Champions están en juego.
Los ingleses han tenido diez días para preparar el partido. Su rival en liga, el Arsenal, jugaba FA CUP y eso le ha permitido pasar unos días de concentración en Dubai. Un tiempo muy bonito para preparar un partido tan importante. Shakespeare, que ya ha dejado de ser técnico interino, ha tenido muchos días para preparar el encuentro, mucho tiempo para pensar qué hacer. Aunque todos sabemos cómo va a jugar el Leicester, no va a cambiar su juego, es el que sabe hacer y le ha dado muchos réditos. Por tanto esta concentración para lo que sí les ha servido es para seguir recuperando la confianza en ellos mismos. Se sienten más seguros con el nuevo técnico, o eso al menos han demostrado sobre el campo (son solo dos partidos). Y eso que son los dos primeros partidos de Craig Shakespeare como primer entrenador. Una oportunidad que le ha llegado con 53 años.
El Sevilla se mide a un Leicester que vive un buen momento. Han renovado sus energías y le han acompañado los resultados en el campo. Aún así, el mejor Leicester podría crear mucho peligro al Sevilla. Ponerlo en muchos apuros e incluso eliminarlo. Pero si los de Sampaoli controlan el partido y vuelven a jugar como lo hicieron en el partido de ida la eliminatoria será sevillista. El renacer del Leicester tendrían que mostrarlo en la Premier porque por Europa dejarían de pasearlo. Los andaluces llevan dos empates en liga, lo justo para descolgarse de la cabeza, pero se les espera haciendo el mejor de sus partidos en el King Power Stadium. El Sevilla necesita mostrar sus mejores sensaciones y sobre todo, no dejar correr al Leicester. Si el equipo inglés puede atacar rápido (como el gol de la ida) los de Jorge Sampaoli tienen de qué preocuparse. En cambio, si no se ve a Vardy, ni a Mahrez y el Leicester no la toca rápido y con sentido, incluso los pelotazos, el renacer de los zorros será historia en un Europa.