En el primer clásico de la temporada venció el Real Madrid, porque fue mejor, eso no se discute. Fue mejor desde el primer momento que materializó sus ocasiones y el Barcelona no lo hizo. Pero también fue mejor por unos factores que pese a no ser determinantes, han influido en el resultado. Y no, el objetivo no es buscar una excusa como la de Xavi de «Ellos viven de las contras», sino de hablar de los errores de Luis Enrique a la hora de confeccionar el once.
El primer error del técnico asturiano es, sin duda, la inclusión en el once de Luis Suárez como referente en ataque. Es innegable que el ‘caimán’ (como le llama el gran Sixto Miguel Serrano) es un jugador de primer orden mundial, pero aunque haya tenido minutos en el Gamper, y demás amistosos con el Barcelona y la selección uruguaya, lleva cuatro meses sin competir al máximo nivel, por lo que incluirle de inicio, en un partido de gran responsabilidad y exigencia es jugar a la ruleta rusa. Lo más lógico y sensato hubiera sido apostar por los jóvenes que ha promocionado el propio Luis Enrique, como Munir o Sandro, que combinan buen estado de forma y grandes dosis de ambición, y ya en los instantes postreros haber dado entrada al charrúa.
Otro gran hándicap que se auto-impuso Luis Enrique es su elección de mediocampo. Si bien Iniesta o Sergio Busquets no están en su mejor momento, siempre pueden dar el do de pecho y decir «aquí estoy yo» como hizo por ejemplo el castellano-manchego en el encuentro contra el Ajax. Sin embargo, hay un jugador, que polémicas aparte de sí su continuación en Can Barça es merecida o no, se puede considerar que ya no está para ser un referente en el centro del campo culé, y ese es Xavi Hernández. El partido en el Bernabéu dio muestras de ellos, el de Terrassa se vio en algunos instantes del encuentro superado y en otros que no conseguía dar con una tecla, que antiguamente solía encontrar con facilidad. El partido con Rakitic de inicio hubiese sido muy diferente.
Luego está una equivocación que ya bebe de una opinión personal. Partiendo de la base que el fichaje de Jérémy Mathieu es algo que está lejos de mi entendimiento, pues un jugador veterano al que jugar en el Barcelona le viene grande (todo esto opinión personal, recalco) no es una apuesta acertada en el mercado. Ver al jugador francés quitándole el puesto a Jordi Alba, uno de los mejores laterales izquierdo del fútbol español, en un partido de tal trascendencia, chirría bastante.
Viendo estas decisiones tácticas para abordar, como nos lo quiere vender la parafernalia mediática, el «Partido del año», no sería arriesgado plantear que Luis Enrique ha puesto antes a ‘nombres’ por encima de los jugadores necesarios para abordar el partido. El asturiano tiene la suerte de que aún es pronto, aún puede permitirse tener la osadía de realizar probaturas.