El Apartheid fue un sistema de segregación racial aplicado en Sudáfrica (y en la actual Namibia, como parte entonces del país sudafricano) que daba el poder político a la minoría blanca (un 21% de la población) y confinaba a la población de raza negra a lugares diferenciados (evidentemente peores que los reservados a los blancos), población que tenía vetada el derecho a voto. Este sistema xenófobo se mantuvo de 1953 a 1992 cuando el político afrikaner Frederik de Klerk desmanteló el Apartheid y promovió un proceso constituyente que culminó con la Constitución de 1994 y la victoria electoral de Nelson Mandela.
La severa y continuada segregación hacían insostenible la situación de la población de raza negra en el país, por lo que muchos de ellos intentaron cruzar el país hacia colonias europeas más ‘permisivas’ y que daban ciertos derechos a la población de color, como eran Rhodesia, Bechuanalandia y las colonias portuguesas. Pero la pobreza en la que estaba sumida los sudafricanos negros (normalmente utilizados como mano de obra barata por los blancos) hacían que fueran pocos los afortunados en huir a un territorio mejor. Dos de estos afortunados fueron dos futbolistas, David Julius y Steve Mokone, los primeros jugadores sudafricanos en desarrollar su carrera en el extranjero.
El sudafricano que se hizo portugués
David Abraam Julius nació en 1932 en la localidad de Johannesburgo, que por aquel entonces contaba con gran población de raza negra, población que tras la aprobación del Apartheid fue trasladada forzosamente a lo que es ahora la ciudad de Soweto.
Aparte de quitarle su hogar, el Apartheid le impedía desarrollar su carrera como futbolista, pues por entonces Sudáfrica estaba divida en asociaciones de clubes blancos, negros e indios (un 14% de la población eran emigrantes de la India) a quienes se les prohibían jugar entre sí. En 1954, tras una gira por el país africano del Sporting de Lisboa a Julius se le encendió la bombilla de que él sería bien aceptado en el fútbol portugués.
Así que para cumplir su objetivo huyó a la colonia portuguesa de Mozambique, donde se enroló en las filas del Sporting de Lourenço Marques (hoy Maxaquene de Maputo), equipo satélite del Sporting de Lisboa en esa colonia (y donde se iniciaría el gran Eusebio). Tras dos años formándose en el conjunto mozambiqueño daría el salto a la metrópoli para poder culminar su sueño.
En 1957 llega al Sporting de Lisboa, donde se convertiría en titular indiscutible del equipo que ganó el campeonato portugués de la temporada 57/58 ejerciendo de interior derecho. Con el ascenso de uno de los históricos del conjunto leonino, Fernando Mendes, Julius jugó como interior izquierdo demostrando su versatilidad. Sería jugando en esa posición cuando ganó con el Sporting el único título europeo del club, la Recopa de Europa, en 1964, año en el que decidió colgar las botas.
Durante su estancia en el país luso decidió nacionalizarse y adoptar el nombre de David Abraão Julio y en 1960 debutaría con la selección portuguesa en un partido contra Alemania Federal. Tres serían las veces en la que el renombrado Julius defendería a la selección del país que lo acogió.
De paseo por Barcelona y Valencia
Steve Mokone lo tenía claro cuando se aprobó el Apartheid. Era una de las figuras del Durban Bush Bucks el equipo de referencia en Sudáfrica y nada más entrar en vigor la política segregacionista del gobierno sudafricano aprovechó su notoriedad para trasladarse a Inglaterra y seguir desarrollando su fútbol.
Arribó al Coventry City donde apenas tuvo oportunidades y sólo pudo disputar cuatro encuentros (y anotar un gol) en dos campañas por lo que se fue a otro país a probar suerte. Es entonces cuando firma por el Heracles Almelo, donde se convierte en el primer jugador extranjero del fútbol neerlandés, y allí si demuestra sus dotes de delantero al anotar la no desdeñable cifra de quince goles. De ahí pasó al Cardiff City donde tras una breve estancia firmó por el Barcelona.
En el equipo culé nunca llegaría a vestirse de corto, ya que el club catalán tenía el cupo de extranjeros cubiertos con los húngaros Kocsis y Czibor y fue cedido al Olympique de Marsella donde tampocó gozó de muchas oportunidades de lucirse.
Pero Mokone no se rindió y siguió probando suerte en el continente europeo. Primero en el Torino italiano y luego en el Valencia donde nunca salió al terreno de juego en partido oficial para defender los colores de esos equipos (de hecho sólo vistió la camiseta de ‘il Toro’ en un amistoso ante el Hellas Verona).
Tras unos escarceos con el Barnsley inglés y el fútbol rhodesio, el atacante sudafricano terminó su carrera en Australia, concretamente en el Sunshine George Cross donde se volvió a sentir plenamente futbolista. Tras colgar las botas se mudó a Estados Unidos donde ha vivido hasta el pasado mes de marzo que murió a los 82 años. El libro del periodista holandés Tom Egbers, The Black Meteor (El meteoro negro) recoge su vida como futbolista.