El destino quiso que la semana pasada nos confirmara algo que muchos aficionados del planeta fútbol deseaban: el reencuentro de José Mourinho con Pep Guardiola en una misma competición doméstica. Pero no sólo estarán en el mismo torneo liguero, la Premier League, sino en la misma ciudad dirigiendo dos rivales antagónicos, el mastodonte en horas bajas Manchester United, y el ambicioso nuevo rico Manchester City, algo que convertirá a Manchester para la 2016/17 en la capital del fútbol.
El encuentro de estos dos entrenadores en la Premier promete y mucho, vistos las confrontaciones que vivieron en España, que obviando lógicamente altercados extradeportivos lleno de bilis, dieron otra dimensión al clásico de España, atrapando a todos los aficionados en el sofá sabiendo que iban a ver duelos de proporciones mayúsculas. De hecho la expectación mediática es tal que ha relegado en un segundo plano la renovación de Jürgen Klopp al frente del Liverpool o la llegada de Antonio Conte al Chelsea, nombres de gran calado que también ayudan a subir el gran nivel que tiene la Premier en cuanto a entrenadores.
Como es sabido, Mourinho y Guardiola son dos de los mejores entrenadores que el fútbol cotemporáneo nos ha proporcionado, y se presentan para la nueva temporada con, precisamente, el mismo número de títulos (22). Disfrutar de la forma de ver el fútbol y de los resultados de liderazgo de estos dos ‘ingenieros’, no sólo en el fútbol sino también de la sintonía entre un líder de vestuario y su equipo, y que se pueda ver en la misma ciudad es una oportunidad única.
Cierto es que este reencuentro surge en una fase diferente de sus carreras. El portugués quiere olvidar su mala campaña del curso pasado, y el catalán quiere seguir con la senda que comenzó en Barcelona y continuó en Múnich. Pero si algo son Mourinho y Guardiola es que son perfeccionistas. Por lo que tomarán ambos este nuevo paso en sus carreras partiendo de cero, e imprimiendo y transformando sus equipos para que respondan a su ideal de fútbol. En definitiva, el espectáculo estará servido desde el minuto uno en que ocupen sus banquillos.
Sólo queda esperar unos meses para ver a estos dos genios en acción en lo que será una especie de ‘All-Stars’ por tierras inglesas. Esto puede sentar un precedente, pues cualquier día los aficionados de la Premier van a comenzar a pedir que estén allí los mejores entrenadores aparte de los mejores jugadores.