Poco a poco, los equipos se van aclimatando al ritmo de competición y, para bien o para mal, se va viendo en unos y otros el estilo de juego que predominará a lo largo de la temporada. Sin embargo, hay algunos conjuntos que no pueden presumir de haber empezado esta campaña 2014/2015 con el mejor pie. Es el caso del Espanyol, que tras estos seis primeros partidos sólo ha conseguido una victoria y se ha encasillado en el peligroso mundo del empate (tres partidos finiquitados por esta vía), lo que le concede de momento el puesto decimosegundo en la tabla y seis puntos en su casillero.
Algunos dirán que es mejor sumar un punto antes que ninguno, y es bien cierta esa afirmación. Pero cuando digo que el equipo se ha encasillado en el rol de ser el que siempre empata es peligroso, es porque ningún conjunto que se precie puede sostener su juego sólo en intentar sumar de uno en uno. Si no miren el caso del Valladolid, que fue el que más número de empates cosechó la pasada campaña y eso, unido a su mal juego, le llevaron a ser uno de los descendidos.
El Espanyol lleva un par de años terminado las temporadas en la zona media-baja de la tabla, teniendo incluso, a veces, que luchar por sellar la permanencia. Después que ‘El Vasco’ Aguirre no quisiera continuar al frente del equipo, se le dio la oportunidad a un viejo conocido de la casa, Sergio González, exjugador y además exentrenador del filial, con el que logró finiquitar un buen trabajo el pasado año.
Sin embargo, parece que esas buenas sensaciones logradas con el filial no han sido traspasadas aún al primer equipo. El Espanyol sólo ha conseguido una victoria en lo que va de temporada, en la que, como siempre tuvo mucho que ver la aportación de su jugador fetiche, Sergio García. Otro punto de peligro.
Si al hecho de que el conjunto periquito se ha acomodado (por suerte o por malos resultados, según se mire) en el empate, le unimos que tiene una demostrada dependencia hacia los goles que pueda hacer Sergio García, la combinación se torna en algo peligroso. El catalán ha demostrado de sobra su veteranía y sus galones, pero, nunca ha sido una buena opción que un equipo reserve toda su fe a un solo jugador, más teniendo en cuenta la edad del delantero (31 años).
Así, este próximo fin de semana podremos ver si el Espanyol es un equipo que se adapta a la ausencia de su máximo exponente. Sergio García sufrió dos fracturas en el carpo de la muñeca derecha en el partido ante el Córdoba y es seria duda para el choque ante la Real Sociedad de este domingo. Encuentro más que interesante teniendo en cuenta que los vascos también pasan por una mala racha y necesitan con urgencia la victoria. Para ambos, llevarse los tres puntos esta jornada puede suponer un punto de inflexión, una renovación, un nuevo comienzo, en definitiva, una alegría que sirva como bálsamo y como el verdadero despegue en la competición.