“Va a llegar la bomba, un jugador fantástico, un jugador que va a traer cosas magníficas al equipo”. Esas eran las palabras con las que Nuno Espírito Santo, entrenador del Valencia, se refería a la llegada de Negredo a su plantilla en agosto del año pasado. Ahora, más de un año después es el propio portugués el que ha querido guardar esa ‘bomba’ en la recámara por razones que a propios y extraños les cuesta entender.
El vallecano llegó al club ché el último día del mercado de fichajes procedente del Manchester City. Aún sin haber desplegado su mejor juego en los ‘Citizens’ (condicionado en parte por una lesión en la recta final de la temporada), consiguió 23 goles en 49 partidos, además de los títulos de Premier League y Capital One Cup (de la que fue máximo goleador con nueve dianas junto a Edin Džeko) en 2014.
Sin embargo sus actuaciones más recordadas fueron las que dejó en sus años en las filas del Sevilla, con el que compartió cuatro temporadas convirtiéndose en el referente de su delantera junto a hombres como Kanouté. Con el club sevillista alzó la Copa del Rey en 2010 e hizo un total de 180 goles en 85 partidos.
Por ese currículum el Valencia, ya en manos del magnate Peter Lim, quiso hacerse con sus servicios en calidad de cedido con opción a compra (si el equipo se clasificaba para Champions). Quizá Negredo no tuvo en este primer año su mejor registro goleador: siete goles en 32 partidos, pero fue el aspecto de la delantera el que más cojeó en la primera temporada de Nuno al mando del banquillo; si bien se compensó con las buenas actuaciones de hombres como Gayà, Diego Alves o Parejo.
Con el paso del tiempo, la relación entre los dos protagonistas de esta historia se fue enfriando hasta tal punto que el técnico habría planteado que se le buscara otro equipo al finalizar la temporada 2014/15, algo a lo que no accedieron ni Lay Hoon Chan ni Peter Lim.
En este punto cabría matizar que los delanteros, aunque sean una parte crucial de cualquier equipo, pueden pasar por etapas de cierta irregularidad, en las que la portería les parece ‘negada’ y con ello minar su autoestima y/o rendimiento. Un profesional debe saber lidiar con estas cosas, pero si su entrenador es el primero que le retira la confianza, se convierte en el más difícil todavía.
A todo esto hay que sumarle el mal comienzo que ha tenido el Valencia en Liga esta temporada. Actualmente es séptimo con quince puntos, en los que ha cosechado cuatro victorias, tres empates y otras tres derrotas en diez partidos. De esa decena de encuentros, Negredo se ha perdido los tres últimos (cuatro si sumamos la Champions), teniendo su última convocatoria en el choque ante el Athletic (séptima jornada, cuando perdió por 3-1).
Fue en aquel encuentro cuando Negredo realizó unas declaraciones que supusieron su ‘banquillazo’. El delantero afirmó que no llegaban balones, motivo por el cual no marcaba goles. Punto que puede ser cierto porque hasta ahora solo ha hecho un gol en Liga. Sin embargo, la respuesta de Nuno fue que las críticas han de ser internas, apartándole del equipo para los siguientes partidos.
En lo de que ‘los trapos sucios es mejor lavarlos en casa’ no le falta razón al técnico portugués. Pero se puede entender que las declaraciones de Negredo se producen tras una derrota del equipo y quizá reflejan la frustración del jugador por el marcador adverso. Puede que incluso algunas veces los futbolistas necesiten un correctivo de sus entrenadores cuando su actitud no sea la adecuada, pero no parece que el vallecano haya cometido ninguna indisciplina por cuestionar el juego de una plantilla de la que él mismo forma parte.
De hecho, la afición se ha mostrado a su favor y ha coreado su nombre mientras que para Nuno dejaban los pitos y los abucheos. Puede que sea la presión o que el técnico se haya dado cuenta de su error. Lo cierto y verdad es que Negredo está convocado para el próximo partido del Valencia ante el Gante. Nos faltará ver si sale de inicio o le toca ser suplente, pero los ché necesitan de sus goles y al vallecano le urge reencontrarse con su mejor versión. Por el bien del equipo y la afición, dejen que esta ‘bomba’ explote todo su potencial.