El año pasado Paul Pogba rompió la barrera de los 100 millones con su traspaso al Manchester United, una línea que nadie se había atrevido a cruzar y que había fijado el Real Madrid con la llegada de Cristiano Ronaldo y de Bale.
El aumento del poder adquisitivo de los clubes, en especial de la Premier, debido a los beneficios de los derechos televisivos, ha dinamitado el mercado y este verano podría llegarse a los 180 o 220 millones por un jugador.
El Manchester City, por ejemplo, fichó a Kilye Walker por 55.60 millones conviertiéndolo en el defensa más caro de la historia. Dos semanas después ha llegado Mendy, del Mónaco, por 58 y le ha quitado el puesto en el mismo club.
El hecho de que en Inglaterra puedan comprar caro ha generado un gran cambio en el sistema ya que el resto de clubes se ven obligados a competir con esos precios y los vendedores exigen cada vez más para llenar sus arcas.
El caso del Mónaco sea posiblemente el más representativo ya que entre el propio Mendy y Bakayoko han ingresado ya 100 millones y piden 180 por Mbappé, un crío de 18 años que apenas tiene un año de experiencia en la élite del fútbol.
La estrategia de fichar talentos jóvenes residía hasta hace no mucho en desembolsar una cantidad pequeña esperando que luego tuviese un crecimiento exponencial, algo así como lo que el Real Madrid hizo con Asensio o el Barcelona con Halilovic, en su momento. Ahora mismo y a partir de casos como la venta de Renato Sanches, Leroy Sané o incluso Dybala, el precio de mercado se ha duplicado o triplicado y cualquier club pide un mínimo de 30 millones por un joven medianamente conocido de su plantilla.
Hace 16 años el Real Madrid fichó a Zidane por 71 millones, uno de los mejores futbolistas de la historia y que ya contaba con un Balón de Oro. Fue una operación que marcó un antes y un después pero suponía apostar por uno de los mejores del mundo en ese momento.
Según los registros de Transfermarkt, por encima de esos 71 millones figuran:
De esos diez, solo Cristiano había ganado el Balón de Oro antes de cambiar de club, premio que podría justificar su precio.
No solo eso sino que además a estos jugadores tan jóvenes se le añade una carga y una responsabilidad que no deberían tener a su edad, necesitan demostrar que valen esa millonada que pagaron por ellos cuando su valor de mercado era tres o cuatro veces menor.
Martial fichado por 50 millones más variables con 19 años empieza a demostrar ahora su precio; Sterling, quien llegó por 68 millones con 20 años tampoco ha dado todo lo que se esperaba; pero en realidad no es culpa de ninguno de los dos sino de ese traspaso.
Como indiqué al principio del artículo, el aumento de poder de la Premier en los últimos años ha provocado en parte estos cambios pero también hay otros factores:
La conclusión es que ahora ya no se paga por calidad sino más bien por caprichos, por querer tener al próximo Messi, Iniesta, Lewandowski, Neuer, Cristiano, etcétera, antes que otros grandes. Es todo una burbuja que sigue subiendo y subiendo hasta que en algún momento explotará o hasta que la FIFA endurezca las condiciones del Fair Play financiero.
La idea de Ceferin, actual presidente de la UEFA, es precisamente poner más restricciones para acabar con esta tendencia. Entre ellas está la de limitar el número de traspasos así como las condiciones de las cesiones o poner un tope salarial tanto para el jugador como para todo el club.
De momento y si todo sigue igual es bastante esperable que este año se desbanque a Pogba como el fichaje más caro de la historia ya sea con Mbappé, Neymar, Dybala o con quien sea.