Agosto y septiembre suelen ser los meses, no que marcan la temporada de los equipos, pero sí los que terminan de definir las plantillas y sirven para ver las primeras pinceladas en cuanto al nivel de acierto en los fichajes.
Tras la confirmación del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) en cuanto a la prohibición de inscribir jugadores al Atlético de Madrid (fichar puede y debe), el equipo podrá ser, para bien o para mal, protagonista en esos meses, pero no por los refuerzos que lleguen al Metropolitano.
En unos días hemos pasado de leer que estaban apalabrados los fichajes de los Sandro, Lacazzete, Vitolo, Camacho y cía, y ver más cerca la vuelta de Diego Costa, a tener que asumir que la plantilla rojiblanca será prácticamente la misma hasta final de año, contando con los Kranevitter, Vietto, Diogo Jota y demás cedidos. Curioso el caso del hispanobrasileño, que de haber mostrado públicamente la misma actitud el pasado verano, ya estaría vistiendo de rojiblanco.
Las teorías conspiratorias sobre el poder de Florentino o la injusticia del TAS no deben ocultar la mala gestión del club en cuanto a los traspasos de menores. La sanción es dura, sí. Justa, también. No olvidemos que hablamos de vidas ligadas al negocio del fútbol de niños de diez, once y doce años principalmente, que pisan en muchos casos por primera vez España.
Tras la confirmación de la continuidad de Griezmann (subida de salario mediante) la próxima temporada, Gil y Cerezo sí que podrán decir este año que el mejor fichaje es retener a su estrella. La plantilla dirigida por Simeone, que, sin conseguir títulos se ha plantado en semifinales de Champions y Copa y ha hecho del tercer puesto algo más normal de lo que parece, se enfrenta al mayor reto de la era Simeone.
Hasta que llegue enero, habrá que ver si las lesiones permiten a Augusto dar ese salto de calidad al centro del campo; si Gaitán vuelve a ser ese jugador diferencial del Benfica, protagonista de la última derrota en el Calderón en Champions; y si Gameiro resuelve más y mejor de cara a portería. Pero claro, si esto hubiera sucedido ya, la sanción del TAS sería una simple anécdota en la actualidad del Atleti.