Hace un par de semanas el periódico británico The Guardian eligió a su futbolista del año,y en lugar de galardonar a Cristiano, Ibrahimovic, Messi o cualquier astro futbolístico, el rotativo designó que en este recién acabado 2016 el protagonista ha sido el italiano Fabio Pisacane por ser un ejemplo claro de coraje y superación.
Fabio Pisacane salta a la escena el pasado mes de septiembre cuando por fin debuta en la Serie A con la edad de 30 años, pero el hecho de que se estrenara con tantas ‘primaveras’ no fue la noticia en sí, sino la emotiva entrevista que no pudo terminar al final de su estreno, donde su Cagliari venció cómodamente al Atalanta, y que refleja la dimensión de su historia. Y es que detrás de ese momento está la vida de todo un ejemplo a seguir, de alguien que tuvo que superar una enfermedad rara para lograr ser futbolista y que, en medio de esa lucha, tuvo el valor de denunciar un intento de soborno para ‘arreglar’ el resultado de un partido.
El bueno de Fabio nació allá por 1986 en los ‘quartieri spagnoli’ (barrios españoles), de Nápoles, zona histórica y humilde de la ciudad. Con mucho esfuerzo llegó a las categorías inferiores del Genoa, donde esperaba cumplir su sueño de convertirse en jugador de fútbol, pero al poco de cumplir los catorce años, cuando estaba dando sus primeros pasos en pro de alcanzar su ilusión, se vio paralizado y confinado en una cama. Le habían diagnosticado el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno neurológico que ataca el sistema nervioso y se manifiesta, entre otros síntomas, con una parálisis progresiva.
«Una mañana me levanté con parálisis desde la cabeza hasta los pies. En ese momento entendí la gravedad de la situación cuando donde me desperté era en una cama de hospital», señaló hace poco el propio futbolista al periodista italiano Gianluca di Marzio.
Fueron días de angustia en la familia Pisacane, pasando de especialista en especialista (hasta cinco llegaron a consultar) hasta que por fin llegó el temido diagnóstico, no sólo la carrera del joven Fabio peligraba sino también su propia vida.
De hecho el napolitano llegó a entrar en coma, pasando más de tres meses hospitalizado. Pero Fabio no se iba a rendir y con su lucha y los avances médicos logró superar la enfermedad, y tras pasar por un período de recuperación, consiguió poco a poco volver al fútbol. Así, cuatro años más tarde llegaba al primer equipo del Genoa y al final de la temporada 2004/05 lograba debutar en la Serie B. El joven lateral derecho cambiaba un camino de infortunio por uno de esperanza.
Tras su estreno con los ‘rossoblu’ Pisacane comenzaría una serie de cesiones en equipos de la Lega Pro (el nuevo nombre para el tercer escalón del Calcio) pasando por el Ravenna, la Cremonese, el Lanciano, y el Lumezzane, equipo que compró su pase al Genoa a medias con el Chievo Verona.
Perteneciendo ya al Lumezzane afrontó su última cesión ya que en 2009/2010 recalaría en el Ancona donde se vería con un equipo que poco a poco entraba en quiebra. Tras culminar su cesión y huir de las Marcas regresó al Lumezzane donde en 2011 la vida le puso ante una nueva prueba.
Pisacane recibió una llamada de teléfono de Giorgio Buffone, su antiguo director deportivo en el Ravenna, que le ofreció 50.000 euros a cambio de hacer todo lo posible porque el Lumezzane perdiera ante el equipo de la Emilia-Romaña. «Fue mi director en el Ravenna y cuatro o cinco años después el calendario quiso que me lo reencontrara al enfrentar a nuestro equipos. Me llamó el 14 de abril, a tres días del encuentro, y cuando jamás antes me había llamado, y me propuso unos 50.000 euros para arreglar el partido», contaría Fabio en 2014 en una entrevista realizada por la RAI.
En esa entrevista, realizada en el barrio donde nació, Fabio señaló que pensaron que cualquier chico de barrio humilde caería en la tentación y aceptaría la suculenta cantidad, pero se equivocaron con él. «En este barrio poca gente se vende», apostilló de manera tajante.
Es entonces cuando Fabio denuncia los hechos iniciando una andadura que fue todo menos fácil tal y como relató en una entrevista al portal de la FIFA en 2012. «El Ravenna y en particular Buffone intentaron defenderse negando todo y desacreditándome, pues en ese momento no había pruebas, era la palabra de un joven jugador contra la de un directivo con veinte años de experiencia», recuerda, contando como temió que la «verdad nunca se supiese» y como se alegró cuando, en junio, se supo que las autoridades italianas llevaban avanzada una investigación en contra de los arreglos de partidos y empezaron a detener sospechosos, Buffone entre ellos.
Posteriormente, Buffone seria condenado y suspendido por ese tema, una de las ramificaciones de la macroinvestigación policial al fútbol italiano en 2011 que fue tildada con el apelativo de ‘Calcioscommesse’. Por otro lado, Fabio y Simone Farina, jugador del Gubbio que también denunció un intento de soborno, fueron condecorados por Joseph Blatter y nombrados embajadores de la FIFA para el ‘fair play’. Además, Pisacane también tuvo un reconocimiento por parte de la Federación italiana con invitación para concentrarse con la selección en Coverciano, cuando el ya extécnico che Cesare Prandelli comandaba a los ‘azzurri’.
Una vez superado ese nuevo escollo, Pisacane puso todo su empeño en desarrollar su carrera deportiva e intentar jugar en la Serie A, el sueño de todo ‘calciatori’. Así en la campaña 2011/12 firma por el Ternana, al que ayudó a subir a la Serie B, para luego firmar por el Avellino, también en el segundo escalón liguero, donde estuvo dos temporadas bajo las órdenes del técnico Massimo Rastelli.
Cuando Rastelli tomó en 2015 los mando del Cagliari, recién descendido a la Serie B, tuvo una exigencia a la dirección deportiva sarda, quería que Piscane aterrizase consigo. Al fin de esa temporada, el Cagliari logró retornar a la Serie A, pero al bueno de Fabio aún le quedaba otro susto que resolver antes de su ansiado estreno en la máxima categoría.
En mayo de 2016, justo cuando acababa de terminar la temporada 2015/16, un nuevo escándalo de arreglos de partidos que tenía como origen una rama de la mafia napolitana conocida como Vannella Grassi surge con diez detenciones, siendo envuelto en la trama Armando Izzo, futbolista del Genoa, uno de los preconvocado por Conte para la Euro 2016. En el transcurso de la investigación, el nombre de Pisacane fue señalado por uno de los presuntos corruptos, Antonio Accurso, que se convirtió en colaborador policial e indicó que llegó a reunirse con Fabio en 2013/14, cuando era jugador del Avellino. Pisacane tuvo que declarar ante las autoridades y negó estar involucrado en el caso.
Otro nuevo obstáculo que Pisacane tuvo que sortear (finalmente fue desligado de la trama al no encontrar indicios) en una tortuosa carrera deportiva que por fin comienza a allanarse. Por ello, la emoción le pudo cuando logró debutar en la Serie A esta campaña, por ello, The Guardian le ha premiado como lo que es, el futbolista del año.