Llega la recta final de la temporada y el aficionado del Atlético de Madrid puede sentarse a ver los partidos con una tranquilidad que no había tenido durante el resto de la temporada. Del equipo tan poco certero en ataque como sorprendentemente ‘fallón’ en defensa, se ha pasado a recuperar las señales de equipo rocoso y matador experto en ganar los partidos sin que el rival supiera que los de Simeone habían pasado por allí.
En lo que va de 2017, el Atleti solo ha perdido un partido de liga (Barcelona) y ha empatado tres (fuera de casa). El resto, victorias. Las últimas, con autoridad frente a Valencia, Sevilla y Real Sociedad en casa, y con el oficio y la solvencia de antaño ante Granada y Málaga lejos del Calderón, sumados a la clasificación para cuartos de Champions y a la recuperación del tercer puesto en liga, invitan a ser optimistas de cara al final del curso.
El gran nivel de Griezmann desde el inicio del año, la vuelta a la portería de Oblak, el asentamiento de Vrsaljko en el lateral derecho, el infinito recorrido de Filipe Luis, el rendimiento de Carrasco (también en la derecha), la paulatina mejora de Saúl y Koke, y la vuelta de Augusto de cara a las últimas semanas de competición, sumados a los últimos resultados, hacen que el equipo afronte con garantías los partidos más decisivos que vienen, en un mes de abril donde habrá fútbol todos los días.
Por lo visto estos últimos años, gracias al Óscar ‘el Profe’ Ortega, el Atleti se defiende mejor que el resto cuando se acumulan los partidos y hay menos tiempo de descanso. Al igual que con la primavera llegan más horas de luz solar, los rojiblancos parece que empiezan a sacar a relucir todas sus virtudes en el momento clave de la temporada. Veremos si la luz sigue encendida cuando llegue el verano. De momento, primavera rojiblanca.