El Pireo desde tiempo inmemorial ha sido el puerto natural de la ancestral ciudad de Atenas y actualmente es la sede del equipo más glorioso de Grecia, el Olympiakos (u Olympiacos según se mire), pero últimamente cosas extrañas pasan en la localidad griega con respecto a los entrenadores del conjunto rojiblanco, pues son cesados del cargo pese a no dar motivos para ello.
Y ya van dos destituciones en El Pireo con la reciente salida de Míchel, que fue despedido ayer tras 23 meses al frente del club rojiblanco, y su lugar será ocupado por el técnico portugués Vítor Pereira (bicampeón liguero con el Oporto). El entrenador madrileño se marcha tras haber conquistado dos ligas y copa y absolutamente «sorprendido» de su despido. Y no es para menos, pues si bien ha sido eliminado de la Champions (si lo querían despedir que lo hubieran hecho en ese preciso momento), ahora mismo el Olympiakos se encuentra segundo a un punto del líder (el PAOK Salónica) y con una dinámica positiva de cinco victorias consecutivas. Es decir una situación muy encomiable.
Tras su despido Míchel aseveró en Cadena SER que «para nuestra mentalidad es extraño este despido pero quien conoce a los griegos, lo entiende», algo que parece justificar la diligencia en cambiar de entrenador que tiene la directiva del conjunto de El Pireo. Por lo que parece ser griego o más bien directivo del Olympiakos para llegar a comprender qué es lo que realmente esperan… ¿resultados?, lo tenían con Míchel, ¿buen juego? nunca lo han tenido, ni siquiera con Ernesto Valverde, el único entrenador en los últimos cinco años que no han cesado.
Recordando que la llegada del Míchel al Olympiakos se produjo en unas circunstancias similares (se diría que más flagrantes) a la de Vítor Pereira, pues el técnico español llegó para sustituir a Leonardo Jardim que tenía al equipo líder de manera incontestable con diez puntos de ventaja, ya sólo queda esperar a que cuando el nuevo técnico se haga con el equipo y comience a dar frutos, a los directivos se le crucen los cable o simplemente se cansen de él, y suceda otro destitución inexplicable.