Y se hizo historia. El Sevilla consiguió anoche convertirse en el único equipo que posee cuatro trofeos de la Europa League. En esta ocasión el club nervionense sí se clasificó para el torneo por méritos propios (al quedar quinto la temporada pasada en Liga) y su camino hasta la final ha sido la consecuencia del buen juego traducido en once victorias de quince posible en esta competición.
Además, como ya hiciera en 2006 y 2007, los andaluces consiguen revalidar el título obtenido el curso pasado, agrandando así el nombre de la entidad y llenando de orgullo a los miles de aficionados sevillistas que siguen disfrutando de su particular sueño europeo. Muchos de los que celebraron el trofeo en 2014 continúan este año en el equipo. Así, hombres como Reyes, Vitolo, Iborra, el capitán Fernando Navarro, o los imprescindibles Gameiro (con grandes actuaciones durante el torneo) y Bacca (protagonista de la final con dos goles) suman un nuevo título a su palmarés. Otros como Banega, Sergio Rico, Aleix Vidal o Krychowiak se estrenaron como campeones blanquirrojos. Jugadores todos que ponen la guinda a una más que notable temporada sevillista, además de haber ofrecido un rendimiento superior.
Y es que no podía poner mejor broche el Sevilla al periodo 2014/2015. Los de Emery (que ha pasado de estar cuestionado a ser reclamado por la afición para que continúe en el club) han luchado durante todo este curso por ser un equipo con plaza Champions. Una pelea por la cuarta plaza que, de la misma manera que se puso a tiro en la última jornada, con las mismas se fue para el Valencia. Sin embargo, el destino, en su constante idilio con el equipo andaluz en esta competición, le tenía guardada una bala más al Sevilla, ya que, como ganador de la Europa League podrá jugar en la máxima competición europea la próxima temporada.
Tres momentos
Se podría decir que la consecución de este trofeo ha tenido tres momentos claves desde el punto de vista sevillista. El primero de ellos llegó en la eliminatoria frente al Borussia Mönchengladbach. El Sevilla había quedado segundo de su grupo y en el sorteo de dieciseisavos le podía tocar un hueso duro, y así fue. El equipo alemán no se lo puso nada fácil a los pupilos de Emery, pero un solitario tanto de Iborra en la ida puso la primera piedra en el camino hacia Varsovia.
Dos rondas después, el Sevilla se encontró con el Zenit, un viejo conocido de la parroquia sevillista. En la vuelta allí en la fría Rusia, el sevillismo vivió los momentos más agónicos de toda la Europa League. A pesar de comenzar ganando, los rusos le dieron la vuelta al marcador y no quisieron ponerlo nada fácil a su contrincante. Entonces, apareció otra vez el destino, el azar, el coraje, la casta, llámese como sea, lo importante es que llegó. Llegó el gol desde las botas de Gameiro. El Sevilla estaba en semifinales.
Y otras dos rondas después, los de Emery estaban en su cuarta final. Tal estadística hacía presagiar que el Sevilla era favorito, y más teniendo en cuenta que su competidor era el Dnipro Dnipropetrovsk, equipo ucraniano, algo desconocido, que disputaba su primera final europea. Sin embargo, el Dnipro bien pronto demostró por qué había llegado tan lejos en esta Europa League y llegó al descanso con un 2-2 que le daba esperanzas, unas esperanzas que se disiparon a los 73 minutos gracias a un gol de Bacca que valdría un título.
Protagonistas
Sergio Rico (11 partidos, 9 goles encajados): Bautismo de oro para un chaval que hace poco defendía la meta del filial en Segunda B. Aprovechó las lesiones de Beto para hacerse con el puesto en la portería sin desentonar en ningún momento. Sus grandes paradas como las que lució en la final o ante rivales como el Borussia Mönchengladbach o el Villarreal lo atestiguan.
Alberto Pimpapel, ‘Beto’ (5 partidos, 5 goles encajados): El héroe de la pasada Europa League dejó su protagonismo al joven Rico por las lesiones. Su encuentro de luces y sombras en San Petersburgo generó ciertas dudas en torno a él.
Daniel Carriço (14 partidos, 1 gol): Importantísimo el rol del portugués en la zaga. Pese a que en la temporada anterior brilló más como mediocentro, Carriço se ha convertido en líneas generales en un cerrojo gracias a su colocación y su criterio a la hora de ir al choque.
Benoit Trémoulinas (10 partidos): Tras una estancia poco fructífera en el Dinamo de Kiev la aportación del lateral francés presentaba varias incógnitas previas. Sin embargo, ha destruido todas y cada una de ellas al convertirse en un importante activo para la parroquia sevillista. Velocidad y una zurda exquisita sus armas.
Timothée Kolodziejczak (9 partidos): De menos a más. Comenzó su andadura en el torneo con errores graves en los encuentros a domicilio frente el Standard Lieja y el Feyenoord. Con la llegada del 2015 comenzó a asentarse en el equipo y mejoró, llegando a terminar la campaña con un aprobado.
Diogo Figueiras (8 partidos): Menos protagonismo en esta Europa League que en la anterior, pese a eso el luso sigue demostrando que en el caso de que se necesite un lateral con mayor pegada y recorrido ahí está él. Partidos como el que hizo en casa ante el Feyenoord dan fe de su gran compromiso.
Jorge Andújar, ‘Coke’ (7 partidos): Brega y garra, cubrir su banda pero sin dejar de ser incisivo en ella. Qué menos que Coke, que sigue dando su impronta en los partidos que disputa, no gozara de minutos en la gran final de Varsovia, donde ayudó a anular a Konoplyanka.
Nicolás ‘Nico’ Pareja (7 partidos): Junto a Carriço, es el referente defensivo en este Sevilla gracias a su seriedad y experiencia. Su inoportuna lesión, precisamente en la Europa League ante el Zenit, supuso un pequeño handicap para Unai Emery.
Fernando Navarro (6 partidos): Tras la marcha de Rakitic, el testigo de levantar un título recaía sobre él. El capitán asumió su rol de no ser el claro titular tras la irrupción de Alberto Moreno y la posterior llegada de Trémoulinas, y todo minuto que está en el campo lo aprovecha para dar lo mejor de sí mismo. Casta y experiencia.
Grzegorz Krychowiak (13 partidos, 2 goles): Posiblemente el mejor fichaje sevillista para esta campaña. Este jugador polaco se multiplica en el centro del campo para poder cortar de raíz todas las jugadas rivales de manera impecable. Su gol en la final de Varsovia ya le ha dado un espacio en los anales del cuadro nervionense.
José Antonio Reyes (13 partidos, 1 gol): Vio con pesar mientras estaba en el Arsenal y el Real Madrid como el equipo donde se formó encadenaba dos triunfos europeos seguidos y ahora se ha quitado esa espina con creces. Vital en la final de Varsovia gracias al pase en profundidad que supuso el primer gol de Bacca.
Stéphane M’Bia (13 partidos, 3 goles): Volvió a demostrar que es una máquina bien engrasada lista para intimidar con su físico a los jugadores rivales. Además sigo aportando goles de gran importancia como los tantos ante el Rijeka y el Villarreal.
Éver Banega (12 partidos): Un jugador que ha aportado mucho más de lo que se esperaba cuando se anunció su fichaje. El argentino ha aportado mucho en labores ofensivas sabiendo mover el balón con criterio y buscando siempre la mejor opción de pase.
Vicente Iborra (11 partidos, 2 goles): Su capacidad de sacrificio en el centro del campo sevillista sigue intacta a lo que le suma ahora el factor de ayudar al equipo en ataque, algo que le ha insistido Emery. Su gol ante el Borussia en el Pizjúan es consecuencia de esa nueva faceta.
Aleix Vidal (11 partidos, 2 goles): Su exhibición en el partido de ida de semifinales ante la Fiorentina ya lo dice todo de él. Talentoso extremo que gracias a su velocidad y su clarividencia hace fácil lo difícil. Puede actuar también como lateral sin apenas desentonar.
Víctor Machín, ‘Vitolo’ (11 partidos, 3 goles): Punto y seguido para el canario con respecto a la temporada anterior. Conserva su desborde y su llegada desde banda izquierda y por supuesto ese carácter competitivo que le ha llevado a la selección española.
Denis Suárez (9 partidos, 3 goles): Pese a su juventud no se amilanado y ha demostrado el enorme potencial que hay en el futbolista gallego. Su gol ante el Zenit en el Pizjuán uno de los momentos clave del periplo sevillista hacia su cuarta Europa League.
Gerard Deulofeu (5 partidos): Sus problemas de vestuario le han impedido gozar de minutos en el tramo final de la competición. En la primera parte de la temporada dejó sus destellos de calidad como por ejemplo en sus dos asistencias en el encuentro inaugural ante el Feyenoord.
Carlos Bacca (15 partidos, 7 goles): El jugador más determinante del Sevilla en esta edición de la Europa League, no sólo por ser el máximo goleador del equipo sino también por sus dos tantos en la finalísima de Varsovia. Es el único que ha disputado todos los partidos.
Kevin Gameiro (12 partidos, 4 goles): Apareció en el tramo final de la temporada para erigirse como el comodín perfecto de Emery por si las cosas en ataque no funcionaban o para dar descanso a Bacca. Gran papel como revulsivo en San Petersburgo al marcar a los diez minutos de salir al césped.
También fueron campeones: Iago Aspas (3 partidos, 1 gol) y Arribas (3 partidos). Aportación testimonial del futbolista gallego, que aportó su granito de arena en forma de un gol, y del central madrileño que sufrió mucho en Róterdam ante el Feyenoord.
Unai Emery: Parecía difícil que alguien emulara en el Sevilla la gesta que hizo Juande Ramos, pero el técnico guipuzcoano lo ha conseguido. Recientemente tuvo una pérdida familiar grave pero eso no le ha afectado para llevar a su equipo de nuevo a la gloria europea.
Ramón Rodríguez, ‘Monchi’: Lo ha vuelto hacer. El mago de la dirección deportiva tenía una tarea difícil para paliar las bajas de Rakitic y Alberto Moreno subsanadas completamente con las llegadas de Banega, Denis, Krychowiak y Trémoulinas. Su único punto negro es la zaga donde ni ‘Kolo’ ni Arribas han hecho olvidar a Fazio.
El futuro
Como ya se sabe, la próxima temporada el Sevilla jugará la Champions League. Eso, unido a los ingresos por ganar esta Europa League, aumenta el presupuesto del equipo nervionense de manera considerable. Un aumento que puede servir para convencer a ciertos jugadores de que permanezcan en el plantel. Tal es el caso de Reyes, con el que sigue aparcado el tema de la renovación, o Bacca y Gameiro, delanteros que han despuntado en este club y que por tanto son tentados por grandes desde todas las latitudes. Otro con el que hay que cerrar el futuro es Unai Emery. El técnico vasco también ha dejado en el aire su renovación y el club quiere atarle por unos cuantos años más. Por lo demás, queda ver el papel que hacen los sevillistas en la máxima competición europea y si, en 2015/2016 son capaces de igualar los buenos números de este curso. En cuanto a lo más inmediato, el Sevilla ya tiene su particular billete para jugar la Supercopa de Europa el próximo 11 de agosto en Tiflis (capital de Georgia).
Texto de Nacho Mateo y Esther García.