Horas antes del anuncio oficial de los candidatos a los premios de la FIFA, galardones que se entregarán durante la gala en la que se entre el codiciado Balón de Oro, se filtraban algunos nombres como candidatos finales a determinado premio. Fue el caso del Premio FIFA al Mejor Entrenador que se había filtrado (y publicado en algunos medios como A Bola) con las nominaciones de Luis Enrique, Pep Guardiola y Unai Emery. Algo que aparte de ser un orgullo para el fútbol nacional por encajar a tres entrenadores españoles en las tres candidaturas al galardón, supone lo más coherente al ganar Luis Enrique un triplete, Guardiola lograr una liga sin ninguna contestación y Emery conseguir su segunda Europa League y hacer que el Sevilla batiera un registro histórico (es el único que tiene cuatro entorchados de esa competición).
Sin embargo, cuando salieron las candidaturas ‘oficiales’ Emery no estaba en la terna, y su nombre había sido sustituido por del argentino Jorge Sampaoli, campeón de la Copa América con Chile. Este cambio de cromos chirría a más de uno, pues aunque hay que reconocer el mérito de Sampaoli al llevar a Chile a conquistar su primera Copa América, se entiende que es un torneo mucho más fácil de que la Europa League conseguir viendo lo corto que es (seis partidos), el escaso número de rivales , unos once (de los cuales tres o cuatro son de nivel) y que además Chile jugó en casa, algo que sólo le valió para ganar el entorchado desde los once metros. Y no sólo cabe ceñirse a la mayor simpleza de ganar la Copa América con respecto a la Europa League, ya que Emery ha tenido más competiciones que avalan su trabajo como la Liga BBVA donde el Sevilla ha conseguido una quinta plaza con 76 puntos (récord histórico del Sevilla).
Pero si nos ceñimos a la estadística pura (elemento mucho más valioso para decidir un galardón así, especialmente en la cultura anglo-sajona) en los quince partidos que ha entrenado Sampaoli (los seis de la Copa América y los nueve partidos restantes del 2015 que se deben contabilizar debido al escaso número de compromisos de Chile), el balance es el siguiente: 67% de victorias, 13% de empates y 20% de derrotas. Unas cifras bastante similares a las de Emery que en 59 partidos ha logrado 59 victorias (66’10%), diez empates (16’94%) y diez derrotas (también un 16’94%), pero que compensa el punto más de victorias que tiene Sampaoli con los tres puntos menos en porcentaje de derrotas que tiene el técnico guipuzcoano, por lo que ligeramente mejora sus números y merecería estar en la lista junto a Luis Enrique y Guardiola.
De todas formas, este debate puede ser algo fútil, ya que la nominación es algo anecdótico, toda vez que se sabe ya quién será (‘casi a pies juntillas’) el ganador de este galardón, que no será otro que el asturiano Luis Enrique con un triplete (tetraplete si contamos la Súpercopa de Europa) con unos números que dejan casi en pañales a sus rivales (sólo con ver que el 81% de los partidos del Barcelona han terminado en victorias ya cierra cualquier discusión). Pero aunque anecdótico, tiene su importancia (pequeña pero la tiene) en los anales históricos, y lo más justo hubiera sido que en esos anales hubiera aparecido el nombre de Unai Emery y no el de Jorge Sampaoli.