Muchas son las críticas que se han hecho después de los cinco goles que encajó España ante Holanda el pasado viernes. La prensa nacional e internacional ha hablado de “humillación”, “pesadilla”, “venganza” y otros términos negativos para calificar lo vivido en el debut de la actual campeona del mundo.
Aunque los jugadores españoles están sobradamente preparados como para no dejarse influenciar por algo así, quizá el hecho de saberse favoritos (con esos galones llegaba España a Brasil) y el tener que defender título les hiciera pecar de algo tan absurdo como el exceso de confianza, que no olvidemos es un fallo de lo más humano.
Todos vimos lo que sucedió en el Arena Fonte Nova. España comenzaba el Mundial como terminó el de Sudáfrica 2010. Se veía las caras con una Holanda que tenía ganas de revancha, y vaya sí quedó claro. Todo se podía esperar de este partido menos lo que pasó. A pesar de que en la primera parte los nuestros ofrecieron un juego más decente, en el segundo tiempo la selección española quedó difuminada, desaparecida, sobrepasada físicamente en todos los aspectos por una ‘Oranje’ que fue muy superior.
No lo digo sólo por los cinco goles. El resultado, aunque abultado, debería ser lo más anecdótico. Lo peor fueron las sensaciones que pudieron quedar. No fluyó el juego de toque que tan bien le ha funcionado a la Selección. No quisiera ser ave de mal agüero pero me temo que nuestros rivales ya le han cogido la matrícula al estilo de juego de Del Bosque y saben a quién tienen que tapar y cómo hacerlo para que nuestro centro del campo quede mermado y nuestros hombres se sientan perdidos. El propio seleccionador lo reconocía: “estamos acostumbrados a que el resultado vaya a nuestro favor”. No funcionó tampoco la zaga defensiva que cometió errores infantiles, algo que no se puede conceder en un Mundial, y que además dejó “vendido” en más de una ocasión a un Casillas irreconocible. El resumen es sencillo: todo lo que pudo salir mal, salió peor.
Aún así, no hay que hacer más leña del árbol caído. Para los nuestros es la hora de levantarse y demostrar por qué son campeones de Europa (por partida doble) y por qué son campeones del Mundo y llegan como favoritos en este Mundial. No es que yo sea una defensora acérrima de la Selección Española, pero no me creo que lo visto en el partido de Holanda sea todo lo que nos vamos a llevar de Brasil. Los jugadores que están en la lista son los mejores y ya en Sudáfrica se empezó con derrota y el final ya lo sabemos… alcanzaron la gloria.
Desde luego el trabajo que le queda por delante a Del Bosque es arduo. Tiene que levantar psicológicamente a unos hombres que se quedaron muy tocados tras el ‘repaso’ que le dieron los de Van Gaal. Y sí, no lo voy a negar, fue un repaso en toda regla. Lo tiene bien difícil España para pasar de ronda. Las opciones de los nuestros son ganar a una Chile que se presenta con el mejor equipo que se recuerda de la auténtica Roja y golear a Australia, a priori el rival más débil, pero ya se sabe que en esto del fútbol nunca hay que confiarse.
¿Sería un fracaso que España se viniera de Brasil a las primeras de cambio? Para muchos parece casi una catástrofe nacional. Voy a decir algo de Perogrullo, pero por muchas pasiones que desate, esto es sólo fútbol señores. Si los nuestros consiguen superar este primer escollo, serán vitoreados, pero si por el contrario se topan con una realidad diferente, tampoco será el momento de apalear a nadie. Será necesario recordar los triunfos de los que hemos disfrutado y también que no se puede ganar siempre.
Estoy segura de que a los hombres de nuestra selección lo del otro día les ha servido como cura a su humildad (si es que se veían como campeones de antemano), sobre todo porque lo del viernes fue más una derrota en el sentido psicológico (diría que a partir del tercer gol en contra los nuestros bajaron los brazos por incredulidad ante lo que veían). Por otro lado, los Iniesta, Xavi, Casillas y compañía tienen galones de sobra para tirar de este carro aunque haya que reconstruirlo y repararlo a mitad del camino. No me cabe duda de que harán todo lo posible para que ese agrio debut se quede sólo en una anécdota.
Me da mucha pena (y a la vez me asombra) que esto del fútbol sea tan olvidadizo. Los mismos que hasta hace nada idolatraban a Sergio Ramos o Casillas por haber logrado la Décima para el Real Madrid han despotricado de lo lindo estos días hacia sus ya destronados héroes. Todos queremos/decimos entender de este deporte. Todos queremos/nos convertimos en seleccionadores durante los 90 minutos que dura un partido. Pero la cosa es fácil. Dejemos hacer su trabajo a los que se supone que son profesionales. Quizás consigan pasar de fase y llegar lejos en este Mundial, quizás en una semana los tengamos de vuelta en España. Lo que pasará sólo el destino lo sabe. De lo que no nos debería caber ninguna duda es que nuestra selección tiene equipo para hacerlo mejor. Todos lo hemos visto.
La situación es difícil, pero ante las dificultades es cuando un grupo de hombres debe demostrar todo lo que vale. España tiene por delante dos auténticas finales donde tiene que dar lo mejor de sí para poder demostrar que lo del otro día no fue más que un mal comienzo, pero ni mucho menos, una auténtica derrota. Volver a bajar los brazos no puede ni debe ser una opción. Es la hora de levantarse y ellos lo saben.