Terminó la andadura de la selección española femenina antes de lo que se preveía en Canadá 2015. El debut de España en una cita mundialista si se ve desde la distancia se constatará el decepcionante último lugar del grupo E con tan sólo un punto y se tildará de fracaso. Pero desde la cercanía esas palabras son demasiado duras para el trabajo de las chicas de Nacho Quereda, pues ha habido un factor bastante determinante en la andadura de España en tierras canadiense, la falta de suerte.
Cierto es que ha habido de errores como el excesivo despiste tras adelantarse ante Costa Rica permitir que las ‘ticas’ permitieran empatar inmediatamente o desajustes defensivos o errores no forzados que se cristalizaron en goles rivales como el tanto de Brasil o el gol del empate de Corea del Sur en el encuentro de anoche. Salvando esos fallos, si nos atenemos al juego que desplegó España, las ocasiones que dispuso y la entrega de nuestras chicas, el resultado más justo hubiera sido que la selección española hubiera acabado con cinco puntos (victoria ante Costa Rica y empate ante Brasil y Corea del Sur) y el consiguiente pase a octavos.
Esta falta de suerte, o mala suerte según como se quiera traducir, radica en la multitud de ocasiones de gol no transformadas ante la selección de Costa Rica, en el buen juego sin recompensa en la primera parte ante Brasil, en el palo de Marta Torrejón que hubiera significado el empate ante Brasil, el centro de Soo-yun Kim que se envenenó de tal manera que pilló adelantada a Ainhoa Tirapu que no pudo evitar el 1-2, o en un tiro al larguero de Sonia Bermúdez en un libre directo en el último minuto que hubiera sido el empate ante Corea y la clasificación de España a octavos (se hubiera producido un triple empate a dos puntos que hubieran favorecido a las españolas).
En resumen esa escasa suerte se ha reflejado en la falta de gol que ha tenido España en esta cita mundialista. Ahora no hay que mirar esta participación con ánimo derrotista, pese a que caer eliminado en estas circunstancias azarosas, sino que valorar lo que se ha conseguido que ha sido mucho y seguir mirando adelante. Ese debe ser el camino a seguir del fútbol femenino español.