Mañana en la georgiana Tiflis se medirán Sevilla y Barcelona, como ya hicieran en 2006, para dirimir quien es el ‘supercampeón de Europa’. Un enfrentamiento fratricida que aúpa aún más a España como líder en finales europeas con equipos de un mismo país con dos finales de Champions League (2000 y 2014) por delante de Italia (2003), Inglaterra (2008) y Alemania (2013) con una, más las cinco de Copa Ferias/Copa de la UEFA (1962, 1964, 1966, 2007 y 2012) que superan a las cuatro de Italia (1990, 1991, 1995 y 1998) y a la única de Inglaterra (1972), Alemania (1979) y Portugal (2011).
Si sumamos las finales fraticidas de Supercopa de Europa, España lidera ese curioso ranking con diez finales, seguido de cerca por Italia con siete y estando por detrás Inglaterra y Alemania con dos y cerrando el listado Portugal con una. En esta competición que nació allá por los años 70 para enfrentar al vencedor de la Copa de Europa con el de la extinta Recopa, se han dado hasta cinco finales entre equipos del mismo país, siendo la cita mañana la tercera que enfrenten a dos equipos españoles.
La primera de estas Supercopas fratricidas fue en 1990 cuando el Milan de los neerlandeses Gullit, Van Basten y Rijkaard, que llegaba de lograr dos Copas de Europa consecutivas, se midió a la Sampdoria de Boskov, campeón de la Recopa. Por aquel entonces las finales de esta competición eran a doble partido en los escenarios de los contendientes siendo el campeón de la Copa de Europa el que tenía el factor cancha y actuaba como local en la vuelta. En el partido de ida los genoveses no pudieron contar con su principal figura, Gianluca Vialli, pero pese a eso resistieron el vendaval milanés y cosecharon un empate a uno tras los goles del soviético Mykhaylychenko por los ligures y Evani por los lombardos. En la vuelta la calidad del equipo de Sacchi pudo más con el arrojo de la ‘Samp’ y los rossoneri se llevaron el título al ganar dos a cero con tantos de Rijkaard y Gullit.
Otro enfrentamiento italiano protagonizaría la Supercopa, cuando de nuevo el Milan, que acudía sustituyendo al desprestigiado campeón de Europa, el Olympique de Marsella, se batiría con un compatriota para intentar lograr su tercer entorchado. En frente tenía al Parma, que hoy sigue siendo noticia pero por motivos más tristes, que vivía su primer gran momento bajo las órdenes de Nevio Scala y con figuras como Zola, Asprilla, Brolin o Sensini. El primer cruce fue para aquel Milan post-holandeses, que Fabio Capello construía en torno a Savicevic, Boban y el recién llegado Desailly, que venció en tierras parmesanas por un único tanto de Jean-Pierre Papin. Todo hacía indicar que el título iba a las vitrinas milanistas pero el Parma dio un golpe de efecto en San Siro y sorprendió llevándose el título gracias a los tantos de Sensini y Crippa.
Las siguientes Supercopas fratricidas llegarían en los ‘tiempos modernos’ donde la final se disputaba en escenario único y al no existir la Recopa, era el campeón de la UEFA (luego Europa League) que se batía con el campeón del máximo título continental. Así, en 2006 llegaría el primer cruce español entre el Barcelona y el Sevilla en el que Juande Ramos dio una ‘master class’ de como leer un partido y el cuadro andaluz mostró un recital ante el Barcelona de un imberbe Messi, Ronaldinho, Eto’o, Xavi y compañía. El resultado fue de un 0-3 gracias a los tantos de Renato, Kanouté y Enzo Maresca.
El conjunto hispalense, que es protagonista de todas las Supercopas fratricidas entre españoles, no repetiría título en 2014 ante un Real Madrid que llegaba de alzar su décima Copa de Europa. En ese encuentro, disputado en tierras galesas, un conjunto blanco liderado por Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, y en el que debutaba en partido oficial James Rodríguez, superó con solvencia a un Sevilla preocupado en no encajar una goleada que en disputar el título. De esta manera, el conjunto blanco se llevó su segunda Supercopa de Europa al imponerse dos a cero (ambos goles de Cristiano Ronaldo).
Para mañana está programado el quinto enfrentamiento fratricida en esta competición. Tiflis acogerá el re-edición de la final de 2006 en la que el Barcelona aspira conseguir la revancha y sumar su quinto entorchado para igualar en títulos al Milan. Por su parte el Sevilla intentará aprovechar la baja por paperas de Neymar y sumar así su sexto título europeo. Sea quien sea el vencedor, España saldrá ganando.