La vuelta de Fernando Torres al Atlético ha desatado un huracán de opiniones, generalmente en contra de la llegada del que fuera capitán colchonero a la ribera del Manzanares. Muy en línea con las ya tradicionales críticas al delantero de Fuenlabrada, múltiples tertulianos y columnistas han considerado que este movimiento tiene un carácter más sentimental que deportivo y que no aportará nada al equipo mientras casi nadie ajeno al club se atreve a llevarles la contraria.
Sin embargo, no tiene por qué ser así. En contra de lo que opinan sus detractores, ‘el Niño’ es un jugador que puede aportar mucho al Atlético, como demuestra su palmarés (al que por mucho que algunos se empeñen en creer no ha accedido por su cara bonita ni por una suerte descomunal). ¿Que puede salir mal? Pues sí. Pero hay razones para pensar que no tiene porqué ser así.
Para empezar, el nuevo 19 colchonero tiene un físico proverbial, como señala el Profe Ortega, y es muy activo en la presión, punto fundamental en las tácticas de Simeone. En este sentido, para muestra vale un botón, y su debut contra el Madrid bien atestigua lo que puede estar por venir. A pesar del partido gris de Torres, que tiene aún que acoplarse al esquema del Cholo, aportó lucha y tesón, hasta el punto de recuperar el balón que acabaría en el saque de banda del que el Atlético sacó el penalti del primer gol. Un pequeño detalle que sirve para ver que este jugador puede aportar mucho en este sentido. Especialmente cuando, como su entrenador apuntó tras el partido, aprenda a compaginar sus esfuerzos con los de sus compañeros.
Pero el derroche físico no es lo único que puede aportar Torres a este Atlético. Otra razón para su fichaje es también la diferencia en su juego con los otros delanteros de la plantilla. El madrileño tiene unas características muy diferentes a las de Mandzukic o Raúl Jiménez, ambos más lentos y torpes con el balón que él (aunque el croata disfruta de un olfato goleador muy superior al del ‘Niño’). Además, esa velocidad le hace ideal para los grandes partidos, en los que los discípulos de Simeone se vuelcan en la defensa y el contrataque es el único arma de los rojiblancos (además del balón parado). Y todo esto sin tener menos poderío aéreo que sus compañeros de ataque, y sino que se lo pregunten a Mertesacker.
Pero tampoco hay que olvidar otra de las cualidades de Torres: su gran capacidad para jugar sin balón. El fuenlabreño siempre ha sido un experto no solo buscando desmarques sino abriendo huecos para sus compañeros y arrastrando a los defensas. Prueba de ello son las cifras goleadoras de Villa con la selección cuando jugaba junto al ‘Niño’ y cuando este estaba en el banquillo. Por tanto, compañeros como Mandzukic, Griezmann o Arda Turan podrían ver aumentada su cifra de goles en los próximos meses gracias a la disciplina táctica del hijo pródigo colchonero.
Otro apartado en el que tiene mucho que aportar ‘el Niño’ es el de la experiencia. A pesar de su apodo, Torres cuenta ya con 30 años en los que ha jugado todas las competiciones europeas a nivel de clubes y de selección, ganando en al menos una ocasión casi todos los títulos que ha disputado. Aunque en algunos casos no haya sido titular (como en la Champions del Chelsea), ha estado presente en todos esos éxitos, y conoce como nadie esos grandes momentos, a diferencia de muchos miembros de la plantilla colchonera.
Y para más inri, el fuenlabreño siempre ha destacado por no temblarle el pulso en las grandes ocasiones. En las finales se vuelve todo un depredador, como demostró en la Eurocopa de 2008. Porque ‘el Niño’ goza de esa sangre fría que muchos goleadores habituales no tienen. Y ese duende para no fallar cuando el equipo lo necesita, como cuando puso la puntilla al Barcelona en Champions con el Chelsea.
Por último, hay un pequeño gran detalle en la llegada de Torres que tampoco hay que olvidar. Su incorporación deja muchas dudas en cuanto al posible rendimiento (lo que hará o no son todo conjeturas al fin y al cabo), pero sí hay algo que asegura: compromiso. Algo que se ha echado en falta en otros casos, como el de la moneda de cambio que se ha ofrecido para su llegada, el italiano Cerci.
‘El Niño’ podrá estar más o menos acertado, marcar más goles o menos y ser titular o suplente, pero una cosa está clara tanto para los despachos del Calderón como para su grada: va a dejarlo todo en el campo. Se adaptará mejor o peor al equipo, pero aunque no encuentre su sitio (cosa que no parece probable), dará lo máximo, como ha hecho en todos los equipos por los que ha pasado, pero espoleado aún más por estar de nuevo en el equipo de sus amores.
Por todo esto, Torres no parece un mal fichaje. ¿Que no es un gran goleador? Vale (aunque hay que recordar que a pesar de su fama, ha sido Balón de Bronce). Pero no todo en la vida son los goles (ni siquiera para un delantero) y, es más, quizás con un rol diferente al que le ha perseguido en los últimos años, ‘el Niño’ pueda aportar más goles de los que prevén sus detractores. Ah, y todo esto, sin grandes dispendios, sino tan solo pagando su ficha, que a pesar de ser alta, es asumible tras la considerable rebaja a la que accedió para volver a su equipo.