El nueve de marzo de 2017, Xabi Alonso anunció su retirada como jugador de fútbol profesional a final de temporada. Treinta y cinco años antes, el 25 de noviembre de 1981, el ya exfutbolista del Barcelona Periko Alonso veía nacer a uno de sus tres hijos en el pueblo guipuzcoano de Tolosa. Tras sus seis primeros años de vida en la Ciudad Condal, la familia se trasladó a San Sebastián. Allí, en la Playa de la Concha, el joven se crió jugando a la pelota con su vecino, un tal Mikel Arteta. Fue en las arenas de esta playa donde el joven Xabi demostró heredar la técnica de su padre. Con una excepción: prefería dar un buen pase que marcar gol. Mikel y Xabi soñaban con jugar juntos en la Real Sociedad al igual que hacían en el Antiguoko, club local. Pero el destino separó sus caminos. El primero se marchó a La Masía. El segundo, a Kells, Irlanda, para aprender inglés. De ahí, al club de sus amores: la Real Sociedad.
Su comienzo fue arrollador. El joven Xabi debutó en 1999, pero no fue hasta la temporada 2002/03 que se asentó en el equipo. Aquella Real Sociedad quedó segunda en el campeonato liguero, únicamente superada por el Real Madrid. Alonso anotó doce goles en todas las competiciones, y fue galardonado como Mejor Futbolista Español por la revista Don Balón. En 2003, hizo su debut con la selección española. Iñaki Sáez, técnico de la Roja por aquel entonces, dijo de él que «posee una fantástica distribución del balón y ve el fútbol con una extraordinaria claridad.» En 2004, su buen amigo Arteta era fichado por la Real Sociedad. Regresaba a casa, pero sus destinos volvieron a separarse. Xabi Alonso fichó ese mismo verano por el Liverpool, tras suscitar también el interés del Real Madrid.
Su primera temporada en Inglaterra tuvo muchos momentos diferentes. El 29 de agosto debutó en la derrota de su equipo por 1-0 ante el Bolton Wanderers, pero la prensa británica comenzaba a admirar su juego. El 17 de octubre, frente al Fulham, propiciaba la remontada de su equipo, que perdía al descanso 2-0, hasta un 2-4, marcando además su primer gol oficial (de lanzamiento directo de falta) con la elástica ‘red’. Poco después, el día de Año Nuevo de 2005, se rompía el tobillo en una entrada con Lampard, lesionándose para tres meses. Volvió para cuartos de final de la Champions League, y pese a no estar al cien por cien físicamente, disputó los noventa minutos frente a la Juventus, debido a la lesión de su compañero Gerrard. En semifinales, frente a Chelsea, Alonso vio tarjeta amarilla y se perdió la vuelta, donde el Liverpool pasó a la final gracias a un gol de Luis García, quien también había llegado el verano anterior. Esa final ante el Milan será recordada como uno de los mejores partidos de la historia. Al descanso, el club inglés perdía 3-0, pero en un segundo tiempo histórico, lograron empatar a tres y alzar la ‘Orejona’ en los penaltis. Xabi anotó el tanto que supuso el empate a tres, en el rechace de un penalti detenido por Dida, y declaró al final del encuentro que se encontraba en «el mejor momento de su carrera.»
Xabi Alonso dejó partidos para enmarcar por los seguidores de Anfield, como una nueva remontada por 3-5 (tras ir perdiendo 3-1 ) frente al Luton Town el 7 de enero de 2006, con dos goles de larga distancia, o un gol anotado desde el centro del campo al Newcastle United el 20 de septiembre de ese mismo año. Fue en 2008 cuando las cosas empezaron a complicarse para el tolosarra. Su relación con Rafa Benítez, el técnico que lo llevó a Inglaterra, comenzó a deteriorarse, con el intento de fichaje de Barry primero, y la negativa del español a jugar un partido de Champions debido al inminente nacimiento de su hijo después. La Juventus se mostró muy interesada en su fichaje, y todas las partes estaban de acuerdo. Sin embargo, aquel verano España alzaba de manera histórica la Eurocopa, y el precio de Alonso se revalorizó, algo que desde Turín se negaron a pagar. Tras una buena temporada, en la que parecía que la relación jugador-entrenador parecía haber mejorado, el 4 de agosto de 2009 el Real Madrid (que no se había olvidado de él) anunciaba la contratación del medio centro vasco, después de que este se acogiera al ‘transfer request’.
Su adaptación al club blanco no tardó en llegar. El 15 de agosto disputó un amistoso ante su querida Real Sociedad por el centenario del club donostiarra, y era ovacionado en Anoeta. Quince días después debutaba oficialmente ante el Deportivo. El 21 de febrero de 2010 anotaba su primer gol como jugador madridista frente al Villarreal, entonces ya era titular indiscutible en el que él mismo definió como «el mejor club que existe en el mundo». Mientras, en Inglaterra le echaban de menos, con palabras de Gerrard y eliminación de Champions incluidas. En la capital de España, el chico que se crió jugando en las playas norteñas alzó dos Copas del Rey, una Liga, una Supercopa de España y la ansiada Décima, seguida de una Supercopa de Europa. Estos títulos se sumaron a su ya extenso palmarés, formado hasta entonces por una Liga de Campeones, otra Supercopa de Europa, una FA Cup y una Community Shield, todos ellos con el Liverpool.
Pese a haber renovado y tras firmar una temporada histórica en el conjunto de Chamartín, Xabi Alonso se marchaba el 29 de agosto de 2014 a Alemania con Pep Guardiola, fichando por el Bayern de Múnich. Su debut se produjo al día siguiente. Ahí en Baviera también firmó actuaciones inolvidables, como un partido ante el Colonia el 27 de septiembre de 2014, donde rompió el récord de pases completados en un partido de toda la historia de la Bundesliga, con un total de 196. El 17 de febrero de 2015 disputó su partido número 100 en Liga de Campeones, ante el Shakthar Donetsk, en el que fue expulsado. En Múnich también obtuvo cuatro títulos más: dos Bundesligas, una Copa de Alemania y una Supercopa de Alemania.
Como internacional por España, Xabi Alonso sumó 114 partidos y 16 goles. Formó parte de esa generación mágica que se alzó de manera consecutiva con la Eurocopa 2008, el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012. En esta última firmó un encuentro brillante ante Francia en cuartos de final, anotando los dos goles que dieron la victoria a su equipo. El doble pivote que formó con Busquets propició el gran juego del país ibérico.
El 9 de marzo de 2017, Xabier Alonso Olano subía una fotografía a su cuenta de Instagram, con el mensaje «Lo he vivido. Lo he amado. La despedida de un juego precioso.» La web oficial del Bayern publicó las primeras declaraciones del jugador tras el anuncio: «No ha sido una decisión fácil, pero creo que es el momento adecuado. Siempre tuve claro que mejor dejarlo pronto que tarde. Aún me siento bien, pero creo que es el momento apropiado.» El jugador, además, no descartó ejercer como técnico en un futuro. Twitter se llenó de mensajes de despedida y agradecimiento. La Liga, la RFEF, la Champions League, el Real Madrid, el Bayern de Múnich, Steven Gerrard, Álvaro Arbeloa… Nadie quiso olvidarse de una leyenda del fútbol que dejó estampas para el recuerdo. La entrada de De Jong con los tacos sobre su pecho en la final del Mundial, con el posterior levantamiento del tolosarra sin queja alguna. La carrera desde la grada para abrazarse con sus compañeros tras el gol de Bale en la final de Champions de 2014. Sus palabras como jugador del Bayern de Múnich: «El Bayern es como el jazz y el Real Madrid como el rock’n roll.»
Lived it. Loved it. Farewell beautiful game.
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Un jugador con brega, lucha, fuerza, carácter, buen posicionamiento defensivo, excelente visión de juego, gran disparo y, sobre todo, uno de los mejores pases en largo que se han visto sobre el terreno de juego. Lanzamientos desde más de 30 metros que aterrizaban perfectamente en el pie de su compañero. Porque Xabi Alonso siempre prefirió dar un buen pase a marcar gol. Xabi Alonso siempre destiló clase dentro y fuera de los terrenos de juego. El 9 de marzo de 2017 el fútbol despidió a su caballero.