El Real Valladolid no está firmando un buen arranque en un año en el que está destinado a volver a Primera. Pese a ser el segundo año consecutivo que milita en Segunda división, este equipo vallisoletano es especial. Para empezar, es el club de toda Castilla y León que ha disputado más temporadas en Primera, 42 de las 84 que ha jugado, la mitad de ellas. Si comparamos con otros equipos de la misma comunidad autónoma, el Numancia solo ha estado cuatro años en primera, doce sumó el desaparecido Salamanca, el Mirandés ninguna al igual que la Ponferradina. Esos datos no solo lo avalan en Castilla y León sino que son muy superiores a otros que tienen plaza ahora mismo en Primera, como el Levante (once temporadas), el Villarreal (dieciséis) o el Málaga (35). Esta estadística lo coloca como el décimo tercer mejor equipo de España. Además, el número de aficionados del Real Valladolid no equidista mucho de los equipos modestos de Primera División. Actualmente cuenta con 12.700, muy cercanos a los casi 15.000 del Levante o Las Palmas.
Su gestión deportiva pasó por uno de sus peores momentos en 2011 tras el descenso de categoría ya que no podían hacer frente a los pagos y entraron en un concurso de acreedores. Desde entonces las cuentas han mejorado, de hecho consiguieron un ascenso al año siguiente aunque volvieron a bajar dos temporadas después. La temporada pasada tuvo sus opciones de regresar a la élite, entró en el play-off de ascenso pero perdió en primera instancia contra Las Palmas y esta campaña busca repetir el guión pero mejor fin. Aunque esta campaña no ha comenzado como se presupone, si bien es cierto que el Valladolid no es un equipo que empiece bien sus temporadas si repasamos los números de otros años. En los primeros cinco partidos de este curso firma dos victorias (las dos como local), un empate y dos derrotas y ya ha sido eliminado en la Copa del Rey por el Oviedo, un recién ascendido.
De la mano de Garitano, un técnico que firmó una primera vuelta fantástica el año pasado con el Eibar, el Pucela necesita reinventarse después de perder a jugadores fundamentales en todas las posiciones (Marc Valiente, Peña, Rueda, Omar o Jeffrén) y que ha sustituido con otros en calidad de cedidos o libres. A pesar de contar con ocho millones de presupuesto, no ha gastado casi nada en fichajes, el único jugador por el que ha pagado es Javi Moyano (unos 50.000 euros) y todo lo demás son cesiones o jugadores que llegan libres. Tampoco han sacado rentabilidad de los jugadores que se han marchado porque algunos han rescindido su contrato o se han ido a precios muy bajos.
En la potería, Kepa viene cedido por el Athletic y tiene un puesto asegurado en la selección sub-21 española, es joven pero no inexperto y busca ganar minutos para defender algún día a los leones. El otro portero, Bruno Varela procede del Benfica y es internacional sub-21 con Portugal, además la pasada campaña fue titular en el filial del Benfica.
En defensa, Samuel Llorca, del Celta de Vigo, aporta la veteranía y la experiencia de equipo de Primera que tanto falta en este nuevo proyecto. Juanpe no está destacando por sus buenas actuaciones, le falta colocación y sobre él caen dos expulsiones. Javi Moyano que busca su sitio en el lateral izquierdo, un puesto que disputa con Chica, llega procedente del Tenerife en el que fue un fijo jugando 40 de 42 encuentros. Mario Hermoso viene cedido por el Real Madrid C para el puesto de lateral derecho y Marcelo Silva es el otro central fichado a coste cero desde Las Palmas.
En el centro del campo Pedro Tiba, cedido por el Sporting de Braga, se postula como la alternativa a Óscar por su perfil ofensivo, su faceta creativa y su llegada desde segunda línea. El luso ya fue pretendido en su momento por grandes equipos como el Sevilla, el Valencia o el Olympique de Marsella. También han incorporado en esta parcela a Guzmán Casaseca procedente de Las Palmas.
Para los jugadores de ataque, el Real Valladolid se ha reinventado del todo. El año pasado contó con Óscar Díaz, Jonathan Pereira (cedido por el Villarreal) o Roger (lesionado de ligamento cruzado casi toda la temporada, cedido por el Levante). Esta temporada han apostado por cinco opciones muy diferentes: Rodri, Manu del Moral, Villar, Erik Moreno y Diego Rubio. Por un lado está Rodri, un delantero muy conocido entre la afición del Valladolid por un gol que marcó con la mano cuando jugaba en el Almería en la campaña 2013/2014 y que le costó al cuadro blanquivioleta tres puntos importantes ante un rival directo. Formado en tierras andaluzas, tras pasar por el Sevilla, y el filial del Barcelona ahora es propiedad del 1860 Munich, que lo ha cedido al Valladolid, Rodri busca aún a sus 25 años busca su mejor versión después de malas rachas y lesiones. Manu del Moral es un refuerzo de primera categoría, un jugadort polivalente, que lo mismo vale para segundo delantero o media punta y que tiene en sus piernas la experiencia de muchos equipos además de una internacionalidad absoluta con España. El año pasado jugó en el Eibar por lo que Garitano ya lo conoce aunque una lesión no le ha permitido debutar aún. Por otra parte, Villar puede convertirse en el jugador revelación de este equipo, un delantero que también puede jugar en banda y que en el Cádiz marcó 40 goles en 100 partidos. A estos tres, hay que sumar dos delanteros más, Erik Moreno cedido desde el Sporting d eBraga y Diego Rubio traspasado del Sporting de Portugal.
Aún es pronto, están carburando e intentando acoplar la veteranía que aportan Óscar o Álvaro Rubio con los nuevos fichajes. Mientras lo consiguen, se nota que el sistema ha variado y se ha pasado a un juego más directo dejando de lado la posesión y el balón jugado que tanto ha caracterizado a los vallisoletanos. De hecho, no hay que olvidar que es un equipo capaz de plantar cara a todo un Barcelona o que le arrebató dos puntos muy importantes al Real Madrid que bien costaron una liga hace solo dos temporadas. Sin embargo, en pleno momento de construcción, de engranaje, aún no han dado con la tecla. Este factor se debe también a que el rendimiento de André Leão ha descendido significativamente desde mediados de la temporada pasada y es un centrocampista con mucha visión de juego y buen desplazamiento de balón. El equipo lo nota y Timor no puede sujetar él solo al equipo sin un buen escudero en ese doble pivote. Los pases no llegan al ataque y no consiguen arropar a la defensa lo que provoca un juego roto y lleno de errores. No suben suficientes efectivos para rematar o se ponen centros sin sentido, lo que le ha llevado a ser el equipo de la Liga Adelante que menos remata.
En la defensa están teniendo ciertos problemas que se pueden notar en las dos expulsiones del central Juanpe entre los partidos de Liga y Copa, donde en esta última fue eliminado en su mayor parte por la expulsión y el penalti en contra. El club pucelano de seis partidos que han jugado en total, tres de ellos han acabado con uno o dos jugadores menos. Esta relación, unida a la falta de juego hace imposible conseguir la victoria, de hecho, en el campo del Numancia empezaron ganando 2-0 y terminaron empatando por terminar jugando con nueve. Las expulsiones se producen porque el centro del campo no sujeta, y al defender tienen que cortar jugadas que de otra manera son gol, con jugadas arriesgadas, llegando tarde en muchas ocasiones. Garitano tiene que mejorar ese doble pivote para que funcione mejor y sea un seguro en la medular. Si consiguen más posesión y combinan mejor habrá menos balones perdidos y por tanto menos oportunidades de gol para los contrarios.
En ataque, no han vuelto a encontrar un ‘9’ puro como Javi Guerra y el técnico alterna a Rodri y a Villar de falso nueve. Veremos qué saca con la incorporación de Manu del Moral después de una lesión. El centro del campo no termina de crear juego, y como otras veces todo queda en manos del buen día que tenga Óscar. Los laterales no suben tanto como podrían porque necesitan hacer más ayudas en defensa que en ataque.
En definitiva, la andadura del Valladolid sale a gol marcado y a gol encajado por partido jugado y acumulan solo la mitad de los puntos ocupando un lugar en la parte media de la tabla. Pero aún es pronto para dejar de confiar en este equipo, ya que el exentrenador del Eibar puede sacar rentabilidad de esta plantilla. Todavía tiene que conocer bien a su elenco, ver de qué son capaces y cuáles son sus mejores posiciones. Manu del Moral, Óscar o Tiba tienen que ayudar a subir balones a sus compañeros y la defensa debe mejorar para permitir la subida de los laterales. Sobre todo hay que evitar cuanto antes las expulsiones y remar todos como un equipo en la misma dirección. Pero queda mucho por jugar, quedan muchas vuvuzelas por sonar, y Valladolid esperará hasta final de temporada con el corazón teñido de blanco y morado.