La ratificación este lunes del entrenador del Betis, Julio Velázquez, no hace otra cosa sino poner aún más de manifiesto que el futuro del técnico verdiblanco no se encuentra, desde luego, ligado al club heliopolitano. Está claro que cuando la directiva de un club se ve obligada a defender públicamente a su técnico y a mostrarle su confianza es porque la trayectoria del conjunto no va bien, precisamente.
Y el Betis es el ejemplo idóneo de equipo al que las cosas no le van nada bien. El conjunto al que todavía entrena Julio Velázquez ocupa la novena plaza de la tabla de la Liga Adelante, un lugar muy lejano para el objetivo del Betis. El club heliopolitano pretende devolver a su afición a Primera División la próxima campaña y que este infierno en la categoría de plata finalice lo antes posible.
El último encuentro de Liga ante el Leganés tan sólo fue una muestra más de la debacle del vestuario del Betis: desaplicaciones defensivas, falta de intensidad, escasa creación de juego…Y todo eso teniendo en la titularidad al jugador más determinante del Betis, Rubén Castro. Ni el canario puede salvar el barco a la deriva que se está convirtiendo el conjunto, a pesar de que el ariete canario ha salvado al Betis en varios encuentros ligueros.
En la primera jornada del campeonato, el Sabadell estuvo a punto de amargar el debut del Betis en Segunda División (2-3), ya que el empate casi aparece en el marcador final de un partido dominado por los de Velázquez la mayor parte del tiempo. Luego el partido ante el Numancia (1-0) tampoco fue mucho mejor y la afición fue testigo directo de ello en el Villamarín, ya que la imagen del cuadro verdiblanco no es la que se le presupone a un equipo de su entidad.
Pero fue en la tercera jornada cuando el equipo hizo uno de los mayores ridículos de la presente campaña. La Ponferradina endosó un contundente 4-1 al club de La Palmera y el técnico del Betis lo olvidó a los pocos días. De hecho, pasó página demasiado pronto y al siguiente encuentro en casa cayó estrepitosamente por 0-1 ante el Albacete.
El ambiente comenzaba a caldearse y la inquietud se adueñó de la afición, pero un rayo de luz pareció salir en Girona donde el equipo ganó con solvencia por 1-3 y, de nuevo en casa, ganó los tres puntos ante el Mirandés.
Un punto en tierras pucelanas y la inoperancia el Betis demostró ante Las Palmas hicieron que, por primera vez en la temporada, la afición verdiblanca pidiese la cabeza del entrenador con gritos de «¡Velázquez vete ya!». Todo esto sin olvidar que el equipo continúa adelante en el torneo del KO gracias a que eliminó al Lugo en la tanda de penaltis porque no logró hacerle un gol en 120 minutos jugando en casa…
Los sustitutos de Velázquez ya esperan su oportunidad, pero lo peor de todo es que Velázquez sólo es la cabeza visible de una planificación que hace aguas en cada demarcación…