Con el sorteo realizado el pasado jueves en el auditorio del mítico Estadio Maracaná, los dieciséis países participantes del torneo de fútbol masculino en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro ya saben cómo será su ruta inicial camino a las esperadas medallas. Y como en la actualidad todo es muy parejo, no es tan fácil pronosticar quiénes pueden llegar al podio, aunque algunos nombres de peso son lógicos candidatos a priori.
Los combinados formados por jugadores hasta 23 años, con la posibilidad de incluir hasta tres mayores de esa edad como sucede desde Atlanta 1996, fueron divididos en cuatro grupos de cuatro, pasando los dos primeros a la lucha por eliminación directa hasta el cetro olímpico. La suerte encuadró grupos más previsibles y otras más parejas. En el primer rubro se puede encuadrar el grupo A, con Brasil ante su exigente público frente a selecciones de menor relieve como Sudáfrica, tercero en su continente al haber vencido por penaltis a Senegal, que será el primer rival del anfitrión, además de Irak, tercero en Asia, y Dinamarca, medalla de plata de los dos primeros Juegos Olímpicos, que retorna tras 24 años. La selección comandada por Neymar en la cancha y Dunga en el banquillo deberá enfrentar un cuarto rival: la presión que su público y la prensa le han puesto de ganar por primera vez el oro, el único lauro que falta en su repisa. Un mandato triplemente pesado por eso, por ser el anfitrión y por su actual bajo nivel. Probablemente los daneses, de buena prestación en el pasado Europeo de la República Checa, sean quienes los acompañen a la siguiente instancia.
Colombia, el último llegado a la “cidade maravilhosa” al haber superado en la repesca a Estados Unidos, buscará la revancha de su última aparición, el fracaso en Barcelona 92, cuando Óscar Córdoba, Bermúdez, Asprilla y Valenciano lideraron un conjunto candidato a medallas que hizo agua ante España, Catar y Egipto. Veinticuatro años después, los cafeteros integrarán un grupo B muy disputado, con el monarca europeo Suecia como primer escollo y los siempre fuertes Nigeria, campeón africano y oro en 1996, y Japón, el rey de la zona asiática al haber remontado una final que perdía 0-2. Los colombianos y los suecos, dos equipos importantes que hace mucho no logran estar en los primeros planos, se verán con otros dos combinados de tradición en los campeonatos juveniles en las últimas décadas, ya que los japoneses perdieron con sus vecinos surcoreanos la medalla de bronce en Londres 2012, y los nigerianos, aparte de aquella hazaña en Atlanta ante Brasil y Argentina, vuelven tras su subcampeonato de 2008 contra la albiceleste.
Luego está el actual monarca olímpico, México, que intentará repetir su gesta de Londres y sus logros a nivel juvenil de los últimos años. El tricolor debutará en el grupo C ante Alemania, gran dominador de categorías inferiores en Europa y tercero en el último Europeo sub 21 de Chequia, una potencia mundial y de las Olimpiadas que, curiosamente, no aparece desde 1988, cuando conquistó la presea de bronce con Thomas Häßler y Jürgen Klinsmann como figuras. Serán los fuertes de un grupo que también cuenta con Corea del Sur, tercero en la última cita olímpica, siempre peligroso, y un exótico debutante, Fiyi, cuya sub 20 viene de estrenarse en el mundial de esa categoría el año pasado en Nueva Zelanda.
Otro regreso esperado es el de Argentina. Gracias a haber ganado brillantemente el Sudamericano sub 20 en enero y febrero de 2015 en Uruguay, la albiceleste tendrá la oportunidad de reverdecer los laureles de su bicampeonato en 2004 y 2008, el último en Pekín con Lionel Messi, que seguramente será abanderado de una sub 23 que Gerardo Martino está empezando a conformar, que podría incluir a Gerónimo Rulli, Ramiro Funes Mori, Matías Kranevitter y Ángel Correa entre otros. Su arranque en el grupo D será ante Portugal, campeón europeo, otro referente entre los jóvenes en el continente y que probablemente cuente con Cristiano Ronaldo como refuerzo de lujo como uno de los tres ‘post-23’, con lo que Messi y CR7 se podrían ver la cara en el estadio Olímpico João Havelange de Río. El subcampeón de África, Argelia, quizá convoque a algunos de sus valores que lo han elevado a gran nivel últimamente. Honduras es en teoría el más débil, pero cabe recordar que en Londres los “catrachos” eliminaron a España y le dieron batalla a la Brasil de Neymar, por lo que su presencia puede hacer más parejo el cuadro.
Es justo también hablar de las mujeres, que como sucede desde Atlanta 1996 tendrán su camino hacia el oro, con doce equipos en tres grupos de cuatro. A primera vista, Brasil y Estados Unidos asoman como las más probables al lugar más alto del podio. Las excelentes brasileñas, que lograron colgarse la plata en dos ocasiones, vienen de caer en cuartos de final en Londres y tratarán de aprovechar su condición de local, enfrentándose inicialmente a China, Suecia y Sudáfrica. Las norteamericanas, las número uno en el ranking de las féminas y que se colgaron el oro en cuatro de las cinco ediciones del certamen, jugarán ante Nueva Zelanda, Francia y el otro representante de América del Sur, Colombia. No estará el actual subcampeón Japón pero sí el tercero en Londres, Canadá, que se las verá con Australia, Alemania y la debutante Zimbabwe. Ya armados los cuadros, ya hechos los pronósticos, ahora Río de Janeiro y su belleza esperan en agosto conocer los nuevos reyes del balompié olímpico.