Con el partido amistoso de ayer frente a Francia, la selección española comenzaba una nueva etapa en la que no sólo tiene que dejar atrás la desastrosa imagen ofrecida en Brasil, sino también poner en el lugar que se merece los minutos de gloria que alguna vez disfrutamos gracias a ellos. Sí, es cierto, nuestra selección ha conseguido grandes cosas que no deben caer en el olvido, pero ahora nace un proyecto nuevo que no debe anquilosarse en el pasado.
Vicente del Bosque ha entendido esto y, ya sea porque algunos jugadores importantes se han dado de baja de la selección, ya porque veía que era hora de dar entrada a nuevas figuras, el técnico decidió incluir en la lista de este partido ante Francia y el del próximo día 8 de septiembre contra Macedonia, a un total de ocho nuevos futbolistas que parecen los llamados a comenzar el relevo generacional en las filas rojigualdas.
En el terreno de la portería, De Gea (que ya no es novedad) vuelve a ser llamado y apunta a convertirse en el sustituto de Casillas. Sin embargo, el portero del Espanyol Kiko Casilla también hizo méritos la pasada campaña para lograrse un puesto en la selección, algo que Del Bosque ha sabido recompensar con esta primera convocatoria. Sin duda, veremos una bonita competencia entre estos dos jóvenes.
En la zona defensiva, las novedades son Carvajal, San José y Bartra. El primero de ellos ya demostró su casta en el Real Madrid y si no fue convocado para el Mundial es porque Del Bosque quiso apostar por lo conocido antes de hacer ningún experimento. Idéntica situación vivió el canterano culé Marc Bartra, quién incluso llegó a debutar en los partidos previos a Brasil, pero que se quedó sin el premio final. Más llamativa parece quizá la presencia de Mikel San José. El del Athletic no goza de la titularidad en su equipo, aunque sí ha salido desde el banquillo en los partidos disputados esta temporada, por lo que detrás de su convocatoria podemos leer el interés de Del Bosque en conocer mejor el desempeño de este jugador.
Sin duda el centro del campo es donde ha sufrido el plantel español las bajas más significativas. Hombres como Xavi Hernández o Xabi Alonso decían adiós a la selección dejando tras de sí la difícil tarea de sustituirles. Así, Ander Iturraspe, hombre muy del gusto de Del Bosque, se posiciona como el mejor exponente para dirigir esta zona del campo. Por otro lado, en las botas de Koke, quién ya estuviera en el Mundial, nacerá todo el juego de España y además, el del Atlético, servirá para hacer que ese fútbol sea algo más directo, es decir, de contagiar a sus compañeros del ‘espíritu Simeone’.
Un poco más adelante podrían posicionarse otras de las dos novedades de esta lista, Isco y Raúl García, dos jugadores que, por sus extensas cualidades, no sólo pueden ayudar en el centro del campo, sino que además tienen desborde, rapidez e incluso acierto de cara a la portería.
Ya en el terreno de la delantera se ha producido, a mi juicio, la elección que debería haber predominado para el Mundial. Paco Alcácer, el hombre que consiguió elogios de propios y extraños gracias a su gran temporada el año pasado con Valencia, por fin consigue el reconocimiento de Del Bosque y debutará con la selección. A su lado estarán el siempre fiable Pedro y un Diego Costa que quiere resarcir la imagen que ofreció en tierras brasileñas.
Como ven, esta vez sí se ha apostado por los nuevos valores, una tanda de jóvenes que junto a las viejos conocidos, darán un paso al frente y poco a poco irán construyendo un nuevo proyecto, una nueva selección que no tiene que buscar igualar lo ya conseguido, sino poner los cimientos de una nueva estructura.
En el partido de ayer contra Francia (victoria de los galos por 1-0) se vio ya algo de esa nueva España que Del Bosque quiere construir, tanto para lo positivo como para lo negativo. Quizás en este último aspecto destaque lo mucho que les cuesta a los nuestros hacer gol.
Por tanto ahora es el momento de mejorar esos pequeños errores. Para la memoria quedan los trofeos. Las gestas deben servir de ejemplo, de motivación, pero no ser el único elemento al que agarrarse por la sencilla razón de que muchos de los jugadores que consiguieron esa gloria ya no vestirán más la camiseta roja. Ahora es tiempo de renovación, es la hora de fijar la vista al frente.